Curadora: Ana María Lozano
«Si con el fin de la época clásica las fuerzas de lo humano cesaron de producir la forma-Dios para enactuar la forma-Hombre, atrevámonos a pensar que con la configuración onto-epistémica no dualista (relacional) a cuya activación política hoy asistimos, y de la cual el pensamiento nasa y de los pueblos-territorio son los enunciados más contundentes, empezamos nuestro viaje hacia la era de la “forma-Tierra”, la forma-Pacha, forma Gaia, la era Ecozoica, o era de la casa de la vida. Ya no hablaríamos de Incipit Homo (aquí comienza el hombre, Deleuze, 1987: 163), como en la modernidad, sino Incipit Terra, propio de la formación onto-epistémica Ecozoica: estaría comenzando, finalmente, la era de la Tierra».
Arturo Escobar
Desde el diálogo y la conversación con otras disciplinas y formas de conocimiento, otros modelos de vida pueden dar paso a otra mirada, relación, articulación entre los otros y nosotros. Ponemos sobre la mesa, como inicio de discusión, la idea de interdependencia radical, esto es, la estructuración de la vida en la Tierra desde la conexión necesidad/intercambio/aporte entre seres vivientes con cerebro y vivientes sin cerebro, entre seres pluricelulares y seres monocelulares; entre seres de agua y seres de tierra. Entendemos que lo que hace posible la vida en la Tierra es el surtir de la convivencialidad, de la solidaridad, de la vida buena para todxs más que el de la competencia o la rivalidad. Evocando al filósofo catalán Jordi Pigem, somos Homo reciprocans mucho más que Homo economicus; podemos construir sistemas económicos y sociales que se basen en lo mejor y no en lo peor de la naturaleza humana.
Arturo Escobar plantea la oportunidad de pensar distinto como «la necesidad de abandonar toda pretensión de universalidad y de verdad» y, en cambio, proponer «una apertura activa a aquellas otras formas de pensar, de luchar y de existir que van surgiendo, a veces con claridad y contundencia, a veces confusas y titubeantes». Estas otras formas de pensar y de sentir están ocurriendo en diferentes partes del globo en este momento histórico crítico, el de la transición a otros climas, otros mares, otros ríos, otros vientos y selvas; otras ciudades, otros cuerpos, otras enfermedades. Se trata de habitar el pachakuti,1 pues de la catástrofe puede renacer una nueva forma de ver-pensar-sentir. La potencia de pensar distinto palpita en la actual crisis de la Tierra.