El capitalismo es todo, menos un orden natural inevitable. De esta forma, Mark Fisher analizaba los modos de explotación, trabajo e hiperconsumo que sostienen una relación directa con los grandes padecimientos contemporáneos como el estrés y la depresión. En consecuencia, nuestras vidas parecen transcurrir en un bucle oscilante entre la urgencia de la productividad y el sin sentido que produce la alienación contemporánea.
El escenario presente se ha transformado en un espacio de turbulencias. Si bien la crisis de las utopías que desde mediados del siglo XX influyeron profundamente en el surgimiento de una conciencia distinta y autorreferencial; las contradicciones y complejidades que emergen en el horizonte demandan la reformulación de otras formas de habitar y de actuar sobre el escenario de realidades en permanente transformación.
El punto de inflexión que nos plantea este momento de la historia nos invita a indagar sobre los modos en que los relatos particulares y colectivos son asumidos, todo ello desde la sospecha y la resistencia. En consecuencia, el espacio de arte puede ser siempre un lugar de convergencia para proponer preguntas incómodas que nos invitan a reformular alternativas al nihilismo que inunda todas las esferas de la existencia humana.
La primera muestra resultado de la iniciativa de formación ARTBO | Tutor, reúne proyectos que abordan estas preocupaciones y que cuestionan nuestras relaciones con los ámbitos donde se producen nuestras subjetivaciones sobre el mundo y su devenir. De esta manera, convergen diferentes miradas y abordajes de los artistas participantes que se preguntan por los modos en que construimos nuestra vinculación con el trabajo y la productividad, las implicaciones y vivencias a través del cuerpo como memoria resiliente y atravesada por la enfermedad, o por la construcción artificial de lo identitario como cosificación algorítmica de la existencia, así como, por los impactos de la sobreexplotación de los grandes capitales en los ecosistemas.
El papel de la memoria histórica como una cartografía del desencanto y como testigo silencioso de resistencias vivas que se rehúsan a desaparecer —producto de las distintas formas de violencias, tanto simbólicas como materiales—, también se encuentran en algunas de estas obras. El artista Frank Velasco investiga las cifras de niñas y niños reclutados forzosamente en Colombia las cuales se cuentan por miles, para contar mediante un dispositivo poético como la campana, los testimonios, experiencias y roles asignados por los grupos paramilitares para muchos de estos niños, en su mayoría menores de 12 años al momento de su reclutamiento.
Sebastián Ramírez por su parte, critica los modelos de construcción más utilizados en la sociedad contemporánea y su impacto en el medio ambiente, producto de la expansión territorial urbanística. Víctor Manuel Gómez se interesa en las tensiones que subyacen entre la cultura popular y grupos pertenecientes a sectores económicamente altos, haciendo uso del espacio de exposición como lugar de intersticio para plantear problemas sobre la estratificación social.
Paola Pérez produce su obra a partir de una reflexión sobre la materialidad, utilizando elementos como el fique y el maíz traído de la cuenca del río Bogotá y Magdalena. Para la artista, estos materiales conforman elementos simbólicos que son sustento de alimentación y abrigo que mantienen un poder narrativo desde sus significados sociales y políticos.
Juan Camilo Pinto reflexiona a partir de su experiencia de recorrer un centro penitenciario. Para Pinto, las cárceles constituyen «no lugares», escenarios negados donde se aplican formas de biopoder. Lucas Pinilla hace uso de un juego de palabras para establecer un símil entre la extinta República Socialista de Yugoslavia y un estado ficcional creado por Pinilla denominado como Yugoslandia. El artista evoca un lugar imaginario que surge de las ruinas de un pasado reciente cargado de acontecimientos históricos y recuerdos autobiográficos, para plantear paradojas entre la historia, lo real y lo relatado.
Las contradicciones existentes en un mercado de intercambios que se basan en la precarización del empleo y la liberalización de la fuerza laboral aparecen como reflexiones que encontramos en la obra de Gabriela Arce. El artista le apunta a un ecosistema de maltrato laboral y al intercambio monetario precario establecido en la industria de producción de flores. Andrés Ramírez Castillo por su parte, aborda las conexiones entre los sujetos y su contexto a partir de la relación entre variables de tipo económico, afectivo y vivencial.
Para Ángela Cadena la experiencia del trabajo repetitivo, particularmente, aquel ligado a la burocracia, se relaciona el deterioro de la salud mental y física. Cadena investiga el desarrollo de afecciones como la epicondilitis y la depresión, vinculadas también a síndromes como el burnout. Paula Osorio aborda el concepto de Fast fashion presente en el modelo de producción en la industria de la moda para analizar las consecuencias de la contaminación de los ecosistemas y su acelerado deterioro.
En el capitalismo contemporáneo la cosificación de la existencia, la comunicación y la redefinición de las afectividades adquieren un carácter cuantificable y particular, sustituyendo las experiencias y las relaciones a un conjunto de datos o imágenes. Daniel Montaño crea composiciones a partir de modelos artificiales de «perfección» basados en estándares estéticos populares en el espacio de las redes sociales. Marcela Quiroz elabora cartografías y bitácoras que evocan distintas experiencias autobiográficas relacionadas con la salud mental usando un modelo a escala 1:1 de su propio cuerpo.
Finalmente, Santiago Arciniegas aborda las obsesiones personales en torno a lo identitario a partir de la presentación de un archivo documentado durante cinco años, en torno a la moda Emo. Estefanía Guarquín se interesa por entender los movimientos que hacen los alimentos en la cocina, haciendo partícipe al visitante de una narración sobre los elemental y la transformación.
Este conjunto de obras, exploran problemáticas y derivas telúricas sobre el espacio que habitamos. Formulan preguntas necesarias e inquietantes sobre un presente y su devenir.
Tutora de la iniciativa ARTBO | Tutor. Artista plástica, Cofundadora y Directora de la Escuela Experimental de Arte. Realizó estudios de licenciatura en Educación Artística con énfasis en Artes Visuales y estudios de posgrado en Investigación Educativa.
Tutor de la iniciativa ARTBO | Tutor. Artista plástico, Cofundador y director de los programas educativos de la Escuela Experimental de Arte. Es maestro en artes plásticas por la Escuela Nacional de Bellas Artes de Honduras y licenciado en Ciencias Sociales. Realizó estudios de posgrado en Desarrollo Educativo e investigación con énfasis en Arte y Educación.