Curadora: María Roldán
Resonancias viscerales
¡Soy Nadie! ¿Tú quién eres?
¿Eres nadie también?
¡Ya somos dos entonces!
¡No lo digas! ¡Podrían delatarnos, lo sabes!
Emily Dickinson, Carta al mundo, Veinticinco poemas
Esta es una declaración desgarrada del cuidado, el afecto, el cuerpo y el territorio. Es un diálogo futuro que repara el pasado cuando escucha las inquietudes presentes. Son fórmulas indefinidas o desconocidas que construyen nuevas formas de narrar, donde poco a poco se devela una narrativa oculta y que es compleja por ese abismo que se abre entre definiciones, supuestamente dadas o que han sido censuradas.
Se interpone una frontera que en este caso es tan porosa que le da paso a otras sensibilidades, donde fluye la escucha y resuenan vulnerabilidades que posibilitan nuevas comprensiones para estar, para coexistir.
En estos 14 proyectos, las artistas indagan sucesos de angustia, de ruptura, de encuentros y desencuentros. Aparece entonces un sentido vital en un espacio posible para asumir y explorar un lugar propio de enunciación, que se traduce a otros lenguajes —en ocasiones explícitos y en otros metafóricos— como vehículos para desplazar el dolor. Estas obras son recuerdos fragmentados que se tejen, se dibujan, se tiñen o se imprimen y que se expresan desde el cuerpo y la naturaleza para gritar violencias que han sido normalizadas. Es una serie de experiencias íntimas y colectivas, por lo general ancladas a un territorio a partir de la presencia de los cuerpos comprimidos, expandidos o desvanecidos.
La reunión de estas catorce obras pareciera una revolución de cuerpos que persisten y manifiestan otra manera de percibir el mundo y de relacionarse.
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