Niña con cabeza de vaca de la serie Niños, 1989
Blanco y negro análogo
Foto vintage
40 x 50 cm

Para Viki Ospina —figura imprescindible de la fotografía en Colombia, que como fotorreportera ha atravesado la geografía y la historia del país desde los años 70— el retrato es la medida perfecta para interactuar con el mundo. El mundo habitado por seres humanos, por esa misma humanidad que Pasolini buscaba y mostraba en los rostros de sus personajes fílmicos. En las cinco fotos expuestas, la realidad y la emoción se suman y se fijan en unos cuerpos femeninos audaces. Es inquieto el de la novia, dentro de los rituales y a través de su vestido (La novia); inquieto como un duende el de la Novia alada I y II. En ambos casos, la ligereza parece el instrumento reactivo contra los roles prestablecidos. Es en cambio la inmovilidad lo que le otorga al retrato de La Presa la dignidad hierática de los humildes, los marginados, los excluidos, resaltada por la geometría de blancos y negros del fondo.

Finalmente, lo monstruoso y curioso de Niña con cabeza de vaca construye, a través de la desproporción entre la figura femenina y el animal, una versión actual y sorprendente del mito: una pequeña Judith o una pequeña Salomé ofreciendo a quien mire la cabeza de su víctima, en bandeja.

*Invitada especial