La Galería El Museo presentará dos exposiciones durante ArtBo Fin de Semana: un diálogo entre Carlos Rojas, Eduardo Ramírez Villamizar y Manuel Hernández, y “Efemérides”, de Juan Osorno. Este diálogo, que ocupará nuestras dos salas principales, propone una conversación entre tres de los artistas más importantes de Colombia durante el siglo XX. Cada uno, desde su particular perspectiva, trabajó la abstracción como búsqueda de lo espiritual en el arte, ya sea a través de la geometría, el color o la forma. Sus obras definieron cómo sería entendida la abstracción en el arte moderno nacional.
En la sala de proyectos, el artista Juan Osorno expondrá una nueva serie de dibujos en la que confronta imágenes históricas con memes. A través del humor se cuestiona sobre la idea de cómo nos representamos a través de las imágenes y la manera en la que percibimos el mundo.
La Galería El Museo abrió sus puertas en 1987 en Bogotá, Colombia como un proyecto enfocado en desarrollar y promover el mercado del arte colombiano a nivel local e internacional, a través de la representación de artistas, colaboraciones con otras galerías, exposiciones en museos y participación en ferias de arte internacionales. Los artistas representados por la Galería El Museo son seleccionados periódicamente basados en sus aportes al desarrollo de las artes visuales. En 2001 la Galería El Museo abrió la Galería Fernando Pradilla en Madrid para construir un puente entre las escenas artísticas latinoamericanas, españolas y europeas. La Galería El Museo ha representado a través de su historia a importantes artistas internacionales tales como Fernando Botero, Alejandro Obregón, Débora Arango, Luis Caballero, Carlos Rojas, Nadin Ospina y muchos otros.
La diversidad de propuestas plásticas de Carlos Rojas impide enmarcarlo en una noción de estilo única. Pese a las categorizaciones cronológicas adjudicadas al proceso creativo de este artista, que asocian su trabajo con la conformación de series limitadas a décadas específicas, podría considerarse que si bien es cierto que las obras que integran diversas técnicas y referencias aparecen en momentos concretos, el desenvolvimiento de éstas ocurría simultáneamente con el inicio de otros planteamientos. Esta consideración posibilita interpretar su obra como un proyecto continuo que se funda en una actitud particular ante la realidad.
La diversidad de propuestas plásticas de Carlos Rojas impide enmarcarlo en una noción de estilo única. Pese a las categorizaciones cronológicas adjudicadas al proceso creativo de este artista, que asocian su trabajo con la conformación de series limitadas a décadas específicas, podría considerarse que si bien es cierto que las obras que integran diversas técnicas y referencias aparecen en momentos concretos, el desenvolvimiento de éstas ocurría simultáneamente con el inicio de otros planteamientos. Esta consideración posibilita interpretar su obra como un proyecto continuo que se funda en una actitud particular ante la realidad.
La diversidad de propuestas plásticas de Carlos Rojas impide enmarcarlo en una noción de estilo única. Pese a las categorizaciones cronológicas adjudicadas al proceso creativo de este artista, que asocian su trabajo con la conformación de series limitadas a décadas específicas, podría considerarse que si bien es cierto que las obras que integran diversas técnicas y referencias aparecen en momentos concretos, el desenvolvimiento de éstas ocurría simultáneamente con el inicio de otros planteamientos. Esta consideración posibilita interpretar su obra como un proyecto continuo que se funda en una actitud particular ante la realidad.
Eduardo Ramírez Villamizar es considerado uno de los pioneros de la abstracción geométrica en Colombia. Desde un inicio su trabajo se caracterizó por la bidimensionalidad y por el uso de la línea, tomando como punto de partida las formas de la naturaleza y su interés por el arte precolombino. Habiendo vivido en Nueva York y en París, se dejó influenciar por los movimientos de vanguardia del momento, introduciendo definitivamente la abstracción a su obra. A partir de entonces, la línea, la simpleza y el orden se convirtieron en características fundamentales por las que se destacó su obra a lo largo de su carrera. Eduardo Ramírez Villamizar participó en diversas exposiciones nacionales e internacionales. Participó y fue ganador del primer premio del XII Salón Nacional de Artistas Colombianos (1959), del Premio Único de Escultura en las versiones XIV (1962), XVI (1964), XVII (1966) del Salón. Participó de la VI (1962) y la IX (1969) Bienal de Sao Paulo, así como en la XXXVII Bienal de Venecia (1976). Su obra se encuentra en importantes colecciones institucionales y particulares.
Eduardo Ramírez Villamizar es considerado uno de los pioneros de la abstracción geométrica en Colombia. Desde un inicio su trabajo se caracterizó por la bidimensionalidad y por el uso de la línea, tomando como punto de partida las formas de la naturaleza y su interés por el arte precolombino. Habiendo vivido en Nueva York y en París, se dejó influenciar por los movimientos de vanguardia del momento, introduciendo definitivamente la abstracción a su obra. A partir de entonces, la línea, la simpleza y el orden se convirtieron en características fundamentales por las que se destacó su obra a lo largo de su carrera. Eduardo Ramírez Villamizar participó en diversas exposiciones nacionales e internacionales. Participó y fue ganador del primer premio del XII Salón Nacional de Artistas Colombianos (1959), del Premio Único de Escultura en las versiones XIV (1962), XVI (1964), XVII (1966) del Salón. Participó de la VI (1962) y la IX (1969) Bienal de Sao Paulo, así como en la XXXVII Bienal de Venecia (1976). Su obra se encuentra en importantes colecciones institucionales y particulares.
Eduardo Ramírez Villamizar es considerado uno de los pioneros de la abstracción geométrica en Colombia. Desde un inicio su trabajo se caracterizó por la bidimensionalidad y por el uso de la línea, tomando como punto de partida las formas de la naturaleza y su interés por el arte precolombino. Habiendo vivido en Nueva York y en París, se dejó influenciar por los movimientos de vanguardia del momento, introduciendo definitivamente la abstracción a su obra. A partir de entonces, la línea, la simpleza y el orden se convirtieron en características fundamentales por las que se destacó su obra a lo largo de su carrera. Eduardo Ramírez Villamizar participó en diversas exposiciones nacionales e internacionales. Participó y fue ganador del primer premio del XII Salón Nacional de Artistas Colombianos (1959), del Premio Único de Escultura en las versiones XIV (1962), XVI (1964), XVII (1966) del Salón. Participó de la VI (1962) y la IX (1969) Bienal de Sao Paulo, así como en la XXXVII Bienal de Venecia (1976). Su obra se encuentra en importantes colecciones institucionales y particulares.
Como la gran mayoría de los artistas abstractos, Manuel Hernández se inició con una figuración académica influenciada por la orientación hacia el muralismo mexicano con su figuración social realista. A partir de los años sesenta, su obra hace un giro hacia la abstracción, buscando la espiritualidad en el arte a través de las formas. Su lenguaje se consolidó a través de una indagación pictórica en la que el color juega un papel definitivo, y desde la década del setenta ahondó en el signo que caracteriza su obra, el cual fue desarrollando durante 40 años. En la obra de Hernández es muy importante la forma como ilusión, como resultado creativo, como medio con el cual se expresan energías interiores y exteriores, como tributos a una imagen que no tiene referencia real. Una de las principales preocupaciones del artista dentro del campo de la abstracción fue la vibración y la posibilidad de una forma “estática en movimiento interno”, como él mismo la definía. Esa irradiación de los bordes implica una amplia reflexión sobre la luz, la materialidad de los objetos y el carácter de los colores, ubicándolo en el trópico, donde persiste un gran nivel de contrastes simultáneos. El lenguaje de Hernández es contenido, austero, determinante y se basta a sí mismo sin necesidad de descripciones. Desde sus años de estudiante, primero en Bogotá y luego en Santiago de Chile, Hernández se encaminó a la búsqueda de una expresión única, de un lenguaje singular, de un alfabeto propio que condense y explique por sí mismo su pintura.
Como la gran mayoría de los artistas abstractos, Manuel Hernández se inició con una figuración académica influenciada por la orientación hacia el muralismo mexicano con su figuración social realista. A partir de los años sesenta, su obra hace un giro hacia la abstracción, buscando la espiritualidad en el arte a través de las formas. Su lenguaje se consolidó a través de una indagación pictórica en la que el color juega un papel definitivo, y desde la década del setenta ahondó en el signo que caracteriza su obra, el cual fue desarrollando durante 40 años. En la obra de Hernández es muy importante la forma como ilusión, como resultado creativo, como medio con el cual se expresan energías interiores y exteriores, como tributos a una imagen que no tiene referencia real. Una de las principales preocupaciones del artista dentro del campo de la abstracción fue la vibración y la posibilidad de una forma “estática en movimiento interno”, como él mismo la definía. Esa irradiación de los bordes implica una amplia reflexión sobre la luz, la materialidad de los objetos y el carácter de los colores, ubicándolo en el trópico, donde persiste un gran nivel de contrastes simultáneos. El lenguaje de Hernández es contenido, austero, determinante y se basta a sí mismo sin necesidad de descripciones. Desde sus años de estudiante, primero en Bogotá y luego en Santiago de Chile, Hernández se encaminó a la búsqueda de una expresión única, de un lenguaje singular, de un alfabeto propio que condense y explique por sí mismo su pintura.
Su trabajo se inspira en la historia del desarrollo científico y cultural del mundo. Intenta ver estos momentos con algo de humor y exageración, usualmente apelando a las curiosidades y dificultades que han existido al al tratar de mejorar como seres humanos. El desarrollo de la medicina, los viajes espaciales o el desarrollo científico son solo alguno de los temas presentes en su obra y el dibujo es el medio ideal para convertirlos en historias únicas que a veces parecen sacadas de relatos de ciencia ficción, pero que solo son el reflejo de nuestro constante impulso por mejorar como sociedad.
Su trabajo se inspira en la historia del desarrollo científico y cultural del mundo. Intenta ver estos momentos con algo de humor y exageración, usualmente apelando a las curiosidades y dificultades que han existido al al tratar de mejorar como seres humanos. El desarrollo de la medicina, los viajes espaciales o el desarrollo científico son solo alguno de los temas presentes en su obra y el dibujo es el medio ideal para convertirlos en historias únicas que a veces parecen sacadas de relatos de ciencia ficción, pero que solo son el reflejo de nuestro constante impulso por mejorar como sociedad.