Reseña del artista

“Los cuadros de Adriana Rosell, artista colombovenezolana, permiten una reflexión interesante sobre el territorio como tema de identidad. Ella, como otros y otras artistas muy jóvenes, centran su ojo y su interés en el espacio natural, elaboran su propio paisaje para continuar lanzando preguntas sobre el suelo que habitamos, qué tan ajeno o propio es, qué tan salvaje, qué tan otro después de las cicatrices. El modo de trabajar de Rosell resulta interesante para muchos. Lo primero que realiza son expediciones, visitas a paisajes naturales donde toma fotos con diferentes perspectivas. Después selecciona una imagen y la convierte en materia prima de una de sus pinturas, la mayoría en acrílico sobre papel. La fotografía deja de ser un simple reflejo de la realidad y, mediante dibujo, colores y pinceladas, se transforma en una visión íntima, un territorio que nos invita a pensar en la historia y el presente. Los resultados de estas intervenciones territoriales se acercan a la abstracción, uno de los aspectos más sobresalientes del trabajo de esta artista. Sus pinturas nos dicen que el paisaje, nuestro mundo alrededor, no es lo que vemos. Es mucho más. Es una experiencia espiritual. Incomprensible. Es lo que no alcanzamos a saber con los ojos, la memoria que esa montaña o río o valle esconde, y de alguna manera nos define." De Frono, Juan (2023). La balsa verdidorada casi roja. Fucsia, pg 70 – 73.