Policroma - Pop up

Contacto: Paula Builes
Carrera 24 #77-55

Exploración del territorio: de adentro hacia afuera

En esta colectiva, Angélica Teuta, Gabriela Estrada Loockhartt y Sara Herrera, confluyen en la exploración del territorio con la intuición y la forma de residir como guía en sus procesos. Las tres artistas se acercan a la naturaleza desde la observación y la escucha para abrir preguntas sobre cómo se ha habitado el mundo y cuál es la manera de hacerlo desde el cuidado y el respeto. En este cuerpo de obras se encuentran implícitas denuncias, críticas y observaciones de las interacciones entre los seres humanos y la naturaleza y de las consecuencias de estos encuentros y confrontaciones para el planeta y para la vida misma en el presente y en el futuro.

A través de paisajes oníricos y animales míticos cargados de poderes energéticos y emocionales, estas piezas invitan a reflexionar acerca de la sincronicidad y las relaciones simbióticas que propone orgánicamente la naturaleza, como mapa que se debería seguir para entender, aprender y continuar el flujo de la vida.

Contacto

Galeria
Policroma
Paula Builes
Carrera 24 #77-55
3104495206
Gabriela Estrada
La loba y un curubo, 2022
Hoja de bore, eucalipto y cera de abeja sobre algodón
26 x 40

Reseña del artista

Gabriela Viridiana es una artista latinoamericana y ecofeminista. El territorio que habita es la semilla de su obra. Construyó una casa poco común, un nido con paredes que respiran y con techos tejidos, donde la vida interior nace de la conversación con la montaña que la contiene. En su obra busca acercarse a la tierra desde la escucha, no desde la imposición, pues la naturaleza ha sido explotada por el patriarcado como un capital que abastece de manera inagotable al hombre inconsciente. Al construirla se abrió una conversación, un tejido, que aún continúa entre la montaña, la casa y ella. Para llegar a un territorio hay que escuchar el instinto animal, por eso se acercó a los pájaros para así comprender cómo construir un nido. Desde ahí busca ser una mujer pájara que teje su casa y la ofrenda a la tierra. Para conmemorar los mensajes vitales que recibe de las pájaras y de las lobas teje palabras: “La casa se estrechó contra mí como una loba y por un momento sentí que era mi madre”. Viridiana busca llevar la casa a otros lugares y así abrir preguntas sobre cómo se ha habitado el mundo y cúal es la manera de hacerlo desde el cuidado y con consciencia. Las casas tejidas de Gabriela son abrazos de oveja que nos recuerdan que para anidar hay que acurrucarse cómo lo hicimos alguna vez en el útero, nuestra primera casa, pero esta vez en la tierra que también es un vientre femenino sagrado donde estamos protegidas y llamadas a proteger. La montaña, la casa y el útero son abuelas, son madres y son hijas. Gestar y habitar la casa abrió los caminos que en este momento de su trabajo quiere profundizar: conversar con la montaña y con la tierra que habita, honrar la montaña como casa y como cuerpo. Tejer la montaña en la que habita le permite estar dentro de ella y cargar su piel. Tejerla es velar por su memoria para que permanezca imborrable. Adentrarse en la montaña y encontrarse con la Madre es reconocerla. Son seres que cohabitan. En su obra dos montañas distantes en un mismo territorio se abrazan, rozan sus pieles y sus cicatrices. Gabriela explora la materialidad que la tierra atesora para darle voz a la Gran Casa. La artista camina montañas y con los colores que ellas le brindan tintura las lanas que narran sus mensajes y urde los ladrillos de bahareque que cuentan sobre el encuentro de su cuerpo con la montaña. Sus medios principales son el tejido, las fibras intervenidas, teñidas naturalmente y los distintos estados de la tierra, desde cruda hasta cocida. Para Gabriela tejer es un acto político y de resistencia en donde entiende el tiempo en una dimensión distinta que puntada a puntada trae inmensidad. Tejer le trae transparencia. Tejer es un rito al ahora. Al tejer se crea un vacío que será llenado por un cuerpo. Tejer también es una manera no destructiva de habitar su cuerpo, la casa, la montaña, la tierra. El tejido es su forma de pensar, de hablar con la tierra quien le susurra la siguiente puntada. La tierra, como el tejido, respira y siempre estará viva.

Acerca del artista
Gabriela Estrada
La loba y un girasol, 2022
Hoja de bore, eucalipto y cera de abeja sobre algodón
26 x 40 cm

Reseña del artista

Gabriela Viridiana es una artista latinoamericana y ecofeminista. El territorio que habita es la semilla de su obra. Construyó una casa poco común, un nido con paredes que respiran y con techos tejidos, donde la vida interior nace de la conversación con la montaña que la contiene. En su obra busca acercarse a la tierra desde la escucha, no desde la imposición, pues la naturaleza ha sido explotada por el patriarcado como un capital que abastece de manera inagotable al hombre inconsciente. Al construirla se abrió una conversación, un tejido, que aún continúa entre la montaña, la casa y ella. Para llegar a un territorio hay que escuchar el instinto animal, por eso se acercó a los pájaros para así comprender cómo construir un nido. Desde ahí busca ser una mujer pájara que teje su casa y la ofrenda a la tierra. Para conmemorar los mensajes vitales que recibe de las pájaras y de las lobas teje palabras: “La casa se estrechó contra mí como una loba y por un momento sentí que era mi madre”. Viridiana busca llevar la casa a otros lugares y así abrir preguntas sobre cómo se ha habitado el mundo y cúal es la manera de hacerlo desde el cuidado y con consciencia. Las casas tejidas de Gabriela son abrazos de oveja que nos recuerdan que para anidar hay que acurrucarse cómo lo hicimos alguna vez en el útero, nuestra primera casa, pero esta vez en la tierra que también es un vientre femenino sagrado donde estamos protegidas y llamadas a proteger. La montaña, la casa y el útero son abuelas, son madres y son hijas. Gestar y habitar la casa abrió los caminos que en este momento de su trabajo quiere profundizar: conversar con la montaña y con la tierra que habita, honrar la montaña como casa y como cuerpo. Tejer la montaña en la que habita le permite estar dentro de ella y cargar su piel. Tejerla es velar por su memoria para que permanezca imborrable. Adentrarse en la montaña y encontrarse con la Madre es reconocerla. Son seres que cohabitan. En su obra dos montañas distantes en un mismo territorio se abrazan, rozan sus pieles y sus cicatrices. Gabriela explora la materialidad que la tierra atesora para darle voz a la Gran Casa. La artista camina montañas y con los colores que ellas le brindan tintura las lanas que narran sus mensajes y urde los ladrillos de bahareque que cuentan sobre el encuentro de su cuerpo con la montaña. Sus medios principales son el tejido, las fibras intervenidas, teñidas naturalmente y los distintos estados de la tierra, desde cruda hasta cocida. Para Gabriela tejer es un acto político y de resistencia en donde entiende el tiempo en una dimensión distinta que puntada a puntada trae inmensidad. Tejer le trae transparencia. Tejer es un rito al ahora. Al tejer se crea un vacío que será llenado por un cuerpo. Tejer también es una manera no destructiva de habitar su cuerpo, la casa, la montaña, la tierra. El tejido es su forma de pensar, de hablar con la tierra quien le susurra la siguiente puntada. La tierra, como el tejido, respira y siempre estará viva.

Acerca del artista
Gabriela Estrada
Pájara, 2022
Hoja de bore, eucalipto y cera de abeja sobre algodón
30 x 39

Reseña del artista

Gabriela Viridiana es una artista latinoamericana y ecofeminista. El territorio que habita es la semilla de su obra. Construyó una casa poco común, un nido con paredes que respiran y con techos tejidos, donde la vida interior nace de la conversación con la montaña que la contiene. En su obra busca acercarse a la tierra desde la escucha, no desde la imposición, pues la naturaleza ha sido explotada por el patriarcado como un capital que abastece de manera inagotable al hombre inconsciente. Al construirla se abrió una conversación, un tejido, que aún continúa entre la montaña, la casa y ella. Para llegar a un territorio hay que escuchar el instinto animal, por eso se acercó a los pájaros para así comprender cómo construir un nido. Desde ahí busca ser una mujer pájara que teje su casa y la ofrenda a la tierra. Para conmemorar los mensajes vitales que recibe de las pájaras y de las lobas teje palabras: “La casa se estrechó contra mí como una loba y por un momento sentí que era mi madre”. Viridiana busca llevar la casa a otros lugares y así abrir preguntas sobre cómo se ha habitado el mundo y cúal es la manera de hacerlo desde el cuidado y con consciencia. Las casas tejidas de Gabriela son abrazos de oveja que nos recuerdan que para anidar hay que acurrucarse cómo lo hicimos alguna vez en el útero, nuestra primera casa, pero esta vez en la tierra que también es un vientre femenino sagrado donde estamos protegidas y llamadas a proteger. La montaña, la casa y el útero son abuelas, son madres y son hijas. Gestar y habitar la casa abrió los caminos que en este momento de su trabajo quiere profundizar: conversar con la montaña y con la tierra que habita, honrar la montaña como casa y como cuerpo. Tejer la montaña en la que habita le permite estar dentro de ella y cargar su piel. Tejerla es velar por su memoria para que permanezca imborrable. Adentrarse en la montaña y encontrarse con la Madre es reconocerla. Son seres que cohabitan. En su obra dos montañas distantes en un mismo territorio se abrazan, rozan sus pieles y sus cicatrices. Gabriela explora la materialidad que la tierra atesora para darle voz a la Gran Casa. La artista camina montañas y con los colores que ellas le brindan tintura las lanas que narran sus mensajes y urde los ladrillos de bahareque que cuentan sobre el encuentro de su cuerpo con la montaña. Sus medios principales son el tejido, las fibras intervenidas, teñidas naturalmente y los distintos estados de la tierra, desde cruda hasta cocida. Para Gabriela tejer es un acto político y de resistencia en donde entiende el tiempo en una dimensión distinta que puntada a puntada trae inmensidad. Tejer le trae transparencia. Tejer es un rito al ahora. Al tejer se crea un vacío que será llenado por un cuerpo. Tejer también es una manera no destructiva de habitar su cuerpo, la casa, la montaña, la tierra. El tejido es su forma de pensar, de hablar con la tierra quien le susurra la siguiente puntada. La tierra, como el tejido, respira y siempre estará viva.

Acerca del artista
Gabriela Estrada
Pájara, 2022
Hoja de bore, eucalipto y cera de abeja sobre algodón
27 x 40

Reseña del artista

Gabriela Viridiana es una artista latinoamericana y ecofeminista. El territorio que habita es la semilla de su obra. Construyó una casa poco común, un nido con paredes que respiran y con techos tejidos, donde la vida interior nace de la conversación con la montaña que la contiene. En su obra busca acercarse a la tierra desde la escucha, no desde la imposición, pues la naturaleza ha sido explotada por el patriarcado como un capital que abastece de manera inagotable al hombre inconsciente. Al construirla se abrió una conversación, un tejido, que aún continúa entre la montaña, la casa y ella. Para llegar a un territorio hay que escuchar el instinto animal, por eso se acercó a los pájaros para así comprender cómo construir un nido. Desde ahí busca ser una mujer pájara que teje su casa y la ofrenda a la tierra. Para conmemorar los mensajes vitales que recibe de las pájaras y de las lobas teje palabras: “La casa se estrechó contra mí como una loba y por un momento sentí que era mi madre”. Viridiana busca llevar la casa a otros lugares y así abrir preguntas sobre cómo se ha habitado el mundo y cúal es la manera de hacerlo desde el cuidado y con consciencia. Las casas tejidas de Gabriela son abrazos de oveja que nos recuerdan que para anidar hay que acurrucarse cómo lo hicimos alguna vez en el útero, nuestra primera casa, pero esta vez en la tierra que también es un vientre femenino sagrado donde estamos protegidas y llamadas a proteger. La montaña, la casa y el útero son abuelas, son madres y son hijas. Gestar y habitar la casa abrió los caminos que en este momento de su trabajo quiere profundizar: conversar con la montaña y con la tierra que habita, honrar la montaña como casa y como cuerpo. Tejer la montaña en la que habita le permite estar dentro de ella y cargar su piel. Tejerla es velar por su memoria para que permanezca imborrable. Adentrarse en la montaña y encontrarse con la Madre es reconocerla. Son seres que cohabitan. En su obra dos montañas distantes en un mismo territorio se abrazan, rozan sus pieles y sus cicatrices. Gabriela explora la materialidad que la tierra atesora para darle voz a la Gran Casa. La artista camina montañas y con los colores que ellas le brindan tintura las lanas que narran sus mensajes y urde los ladrillos de bahareque que cuentan sobre el encuentro de su cuerpo con la montaña. Sus medios principales son el tejido, las fibras intervenidas, teñidas naturalmente y los distintos estados de la tierra, desde cruda hasta cocida. Para Gabriela tejer es un acto político y de resistencia en donde entiende el tiempo en una dimensión distinta que puntada a puntada trae inmensidad. Tejer le trae transparencia. Tejer es un rito al ahora. Al tejer se crea un vacío que será llenado por un cuerpo. Tejer también es una manera no destructiva de habitar su cuerpo, la casa, la montaña, la tierra. El tejido es su forma de pensar, de hablar con la tierra quien le susurra la siguiente puntada. La tierra, como el tejido, respira y siempre estará viva.

Acerca del artista
Sara Herrera
Sin título (de la serie mitología personal), 2021
Grafito, óleo y laminilla dorada on paper
88 x 170

Reseña del artista

El desarrollo de su obra gira en torno a las complejas relaciones de los seres humanos con el medio ambiente, en el mundo contemporáneo. Sara Herrera busca abordar estas problemáticas haciendo visibles los valores que se han priorizado y construido como sociedad, y los que se le han restado al mundo natural. A través del dibujo y la pintura, establece diálogos con el humano actual para hacerle entender que la naturaleza necesita.

Acerca del artista
Sara Herrera
Un sueño. Pava cariazul y Sietecueros., 2018
Mixta sobre lienzo
21 x 25

Reseña del artista

El desarrollo de su obra gira en torno a las complejas relaciones de los seres humanos con el medio ambiente, en el mundo contemporáneo. Sara Herrera busca abordar estas problemáticas haciendo visibles los valores que se han priorizado y construido como sociedad, y los que se le han restado al mundo natural. A través del dibujo y la pintura, establece diálogos con el humano actual para hacerle entender que la naturaleza necesita.

Acerca del artista
Sara Herrera
De la serie "Espacio liminal", 2019
Mixta sobre papel
56 x 76

Reseña del artista

El desarrollo de su obra gira en torno a las complejas relaciones de los seres humanos con el medio ambiente, en el mundo contemporáneo. Sara Herrera busca abordar estas problemáticas haciendo visibles los valores que se han priorizado y construido como sociedad, y los que se le han restado al mundo natural. A través del dibujo y la pintura, establece diálogos con el humano actual para hacerle entender que la naturaleza necesita.

Acerca del artista
Sara Herrera
SIn título, 2021
Grafito, acuarela y laminilla dorada sobre papel
38 x 56

Reseña del artista

El desarrollo de su obra gira en torno a las complejas relaciones de los seres humanos con el medio ambiente, en el mundo contemporáneo. Sara Herrera busca abordar estas problemáticas haciendo visibles los valores que se han priorizado y construido como sociedad, y los que se le han restado al mundo natural. A través del dibujo y la pintura, establece diálogos con el humano actual para hacerle entender que la naturaleza necesita.

Acerca del artista
Angélica Teuta
Métodos de preservación, 2015
Papel pecsia gris. Grafito, color blanco, papel recortado, papel reciclado, tinta e imágenes recicladas
50 x 70 cm

Reseña del artista

Angélica Teuta es una artista nómada colombiana que da forma a sus ideas a través de la creación de instalaciones que dialogan con el espacio huésped y su necesidad de realizar espacios oníricos, utilizando recursos como la construcción DIY (hágalo usted mismo), proyecciones análogas y digitales, materiales domésticos y sonido con el fin de que el visitante adquiera una experiencia de juego que hable o cuestione el contexto y la necesidad que ellos y su entorno experimentan. Como guía de los teatros fantasmagóricos del siglo XIX, la experiencia perceptiva de sus espacios utiliza elementos desnudos y fáciles de copiar, no pretende engañar a los observadores, sino inspirarlos a través de la curiosidad para recrear ambientes por sí mismos en casa o comunidades. Teuta utiliza con frecuencia el concepto de paisajes naturales como una representación nostálgica de nuestro mundo perdido.

Acerca del artista
Angélica Teuta
Métodos de preservación, 2015
Papel Pexsia gris. Grafito, color blanco, papel recortado, papel reciclado, tinta e imágenes recicladas
50 x 70 cm

Reseña del artista

Angélica Teuta es una artista nómada colombiana que da forma a sus ideas a través de la creación de instalaciones que dialogan con el espacio huésped y su necesidad de realizar espacios oníricos, utilizando recursos como la construcción DIY (hágalo usted mismo), proyecciones análogas y digitales, materiales domésticos y sonido con el fin de que el visitante adquiera una experiencia de juego que hable o cuestione el contexto y la necesidad que ellos y su entorno experimentan. Como guía de los teatros fantasmagóricos del siglo XIX, la experiencia perceptiva de sus espacios utiliza elementos desnudos y fáciles de copiar, no pretende engañar a los observadores, sino inspirarlos a través de la curiosidad para recrear ambientes por sí mismos en casa o comunidades. Teuta utiliza con frecuencia el concepto de paisajes naturales como una representación nostálgica de nuestro mundo perdido.

Acerca del artista
Angélica Teuta
Desierto [sincronía simbiótica], 2023
Dibujo collage colectivo con técnicas de dibujo y pintura mixta
115 x 114

Reseña del artista

Angélica Teuta es una artista nómada colombiana que da forma a sus ideas a través de la creación de instalaciones que dialogan con el espacio huésped y su necesidad de realizar espacios oníricos, utilizando recursos como la construcción DIY (hágalo usted mismo), proyecciones análogas y digitales, materiales domésticos y sonido con el fin de que el visitante adquiera una experiencia de juego que hable o cuestione el contexto y la necesidad que ellos y su entorno experimentan. Como guía de los teatros fantasmagóricos del siglo XIX, la experiencia perceptiva de sus espacios utiliza elementos desnudos y fáciles de copiar, no pretende engañar a los observadores, sino inspirarlos a través de la curiosidad para recrear ambientes por sí mismos en casa o comunidades. Teuta utiliza con frecuencia el concepto de paisajes naturales como una representación nostálgica de nuestro mundo perdido.

Acerca del artista
Angélica Teuta
Desierto [Ríos de arena], 2023
Dibujo collage colectivo con técnicas de dibujo y pintura mixta
115 x 114

Reseña del artista

Angélica Teuta es una artista nómada colombiana que da forma a sus ideas a través de la creación de instalaciones que dialogan con el espacio huésped y su necesidad de realizar espacios oníricos, utilizando recursos como la construcción DIY (hágalo usted mismo), proyecciones análogas y digitales, materiales domésticos y sonido con el fin de que el visitante adquiera una experiencia de juego que hable o cuestione el contexto y la necesidad que ellos y su entorno experimentan. Como guía de los teatros fantasmagóricos del siglo XIX, la experiencia perceptiva de sus espacios utiliza elementos desnudos y fáciles de copiar, no pretende engañar a los observadores, sino inspirarlos a través de la curiosidad para recrear ambientes por sí mismos en casa o comunidades. Teuta utiliza con frecuencia el concepto de paisajes naturales como una representación nostálgica de nuestro mundo perdido.

Acerca del artista
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