Este proyecto indaga sobre la herida, concepto entendido como el resultado de transformaciones o sucesos incontrolables. Su significado también se traduce a la ausencia, a los cambios, flujos y movimientos que dan paso a otros estados.
En la instalación se utilizan las cáscaras de huevo como un símbolo al que se le puede atribuir dos flujos de pensamiento: el rastro de lo que ya no es y que se transformó; y la membranacomo semilla que fue contenedora de vida. En ese sentido, la cáscara es entendida como la frontera que reúne la idea de la vida y la muerte, o un elemento de transformación cuando se rompe.
Jenny Contreras
Quiebre, 2021
Instalación, parafina, mesa de luz, amplificador, parlantes, raíces secas
123 cm x 70 cm x 70 cm