La decisión y necesidad de almacenar la memoria familiar en medios físicos y tangibles, no solo evidencia una intención por conservar imágenes, también revela una obsesiva intención por conservar objetos, un elemento material cuyo peso y dimensiones nos recuerda que el objetivo principal es no olvidar. Cargar con estos objetos y hacerlos portables nos convierte en acumuladores de cosas y de imágenes, pero la responsabilidad de contener estas imágenes no es nuestra, sino que recae en el medio u objeto mismo, nosotros solo debemos procurar que dichos objetos estén a salvo. 

Esta pintura hace parte de un proyecto de imágenes fotográficas de álbumes familiares anónimos, objetos de incalculable valor afectivo y relevancia personal que, por alguna razón, se convierten hoy en imágenes errantes y descontextualizadas que intentan cumplir torpemente una de sus principales funciones: ser vistas en el futuro. 

Jesus Ramírez 
Alguna reunión familiar, 2020 
Acrílico sobre lona 
1.30 m x 1.70 m