Un programa de la Cámara de Comercio de Bogotá
Un programa cultural de:
Un programa de la Cámara de Comercio de Bogotá
Un programa cultural de:
Para esta versión de ARTBO vamos a abrir nuestro espacio en todas sus dimensiones, tendremos la posibilidad de compartir y presentar todas las actividades que confluyen en Salón Comunal, es decir: la exhibición, producción, formación y colección de arte contemporáneo. Para la exhibición vamos a volcar nuestro espacio para descubrir nuevas relaciones entre los artistas que representamos. En una de las salas instalaremos obras realizadas en cerámica por los artistas Cecilia Ordoñez, Bernardo Montoya, Nicolás Bonilla y Felipe González, en la otra sala se dispondrá el espacio para pintura y escultura desde la práctica de los artistas: Mario Opazo, Edelmira Boller, Mateo Cohen y Marcela Rodríguez. En el segundo piso realizaremos un homenaje a nuestro amigo el maestro Antonio Caro, se montaran obras de colecciones privadas que no estarán a la venta. Los talleres en residencia van a estar abiertos para la visita del público, así como el albergue de la colección Salazar. Con esta propuesta buscamos difundir el hecho de que una galería de arte es vital en la profesionalización del sector de las artes plásticas y un punto de encuentro e intercambio de conocimiento al servicio del público general, y por ende, un epicentro cultural que debe ser valorado y cuidado por la sociedad.
Salón Comunal fue concebido en Bogotá por un artista colombiano que imaginó una galería que pudiera existir en una casa familiar de un barrio tradicional. La galería busca contribuir a la circulación y exhibición de arte contemporáneo, así como constituirse en un punto de encuentro entre diferentes agentes interesados en las artes plásticas. La idea comenzó señalando la falta de apoyo institucional para artistas emergentes en Colombia. En sus 8 años de existencia la galería ha sostenido una programación mensual de exposiciones, más de 90 muestras, que han contado con la participación de artistas reconocidos como Eduardo Ramírez Villamizar, Antonio Caro, Carol Young, Juan Mejía, Lucas Ospina, Gabriel Silva, Beatriz Eugenia Díaz, Cecilia Ordóñez, sus artistas representados, otros artistas emergentes y estudiantes.
Nació en Bogotá, Colombia, en1938. Durante la década de los años setenta realizó sus estudios de arte en la Escuela de David Manzur en Bogotá. Su primera exposición individual fue en 1979 en la Galería Belarca. Hasta ese momento su aproximación a la producción de obras de arte se dio desde lo bidimensional.Desde ese entonces su investigación plástica no ha parado.Su obra fue incorporada en el año 2000 - a las colecciones de los Museos de Arte Moderno,Sindelfingen, Alemania Naben, Kirchheim Teck, Alemania. Mención de honor en el XXXII Salón Anual de Artistas Colombianos, 1989.Mención de honor en el III Salón Regional de Artes Visuales Tunja, 1980. Vive y trabaja en Bogotá.
Es artista plástico nacido en Bogotá Colombia en el año de 1981. En 2004 recibió el título de maestro en artes plásticas de la Universidad de los Andes de Bogotá Colombia y en 2012 el título de maestría Meisterschüler de la Universidad de las Artes de Berlín Alemania. Desde el 2002 Cohen expone sus obras con regularidad en Latinoamérica y Europa, tanto en muestras colectivas como individuales. Ha sido docente de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá. Su obra es una reflexión en torno a la materia y el soporte de la pintura. Sus obras de apariencia abstracta, hacen hincapié en la manera como han sido construidas, y su color, aparece como un derivado de esta construcción. El uso inusual de los materiales usuales de la pintura (óleo, lienzo, bastidor) nos presentan un objeto tradicional de apariencia extraña. Cuadros que no parecen cuadros; pinturas que no han sido pintadas. Con ello, el artista invita a poner entre dicho la categoría de pintura y obliga al espectador a reflexionar sobre la realidad material de la experiencia del arte.Vive y trabaja en Berlín.
Su trabajo ha pendulado entre la música y las artes plásticas, pasando por el universo de las vibraciones, las palabras y los números. En el año 1992, con la creación de un sistema de composición, basado en las matemáticas y el lenguaje verbal, da comienzo a una trayectoria que se ha caracterizado por el desarrollo de proyectos que se fundamentan en el despertar o activar espacios, cuerpos u objetos acústicos. En distintos lugares del mundo ha presentado obras que plantean vínculos, interrelación de lenguajes, conexión con la naturaleza.
Su trabajo ha pendulado entre la música y las artes plásticas, pasando por el universo de las vibraciones, las palabras y los números. En el año 1992, con la creación de un sistema de composición, basado en las matemáticas y el lenguaje verbal, da comienzo a una trayectoria que se ha caracterizado por el desarrollo de proyectos que se fundamentan en el despertar o activar espacios, cuerpos u objetos acústicos. En distintos lugares del mundo ha presentado obras que plantean vínculos, interrelación de lenguajes, conexión con la naturaleza.
Nació en Sobral, Brasil en 1980. Es artista y docente. Estudió arte en la Universidad de los Andes, hizo una maestría en poéticas visuales en la la Universidad de São Paulo y una maestría en artes visuales en Sint Lukas Bruselas. Su trabajo plástico explora la escenificación de diversos materiales, sobre todo pictóricos, textuales y de archivo, experimentando en torno a sus posibilidades narrativas. Actualmente vive en Bogotá.
Nació en Sobral, Brasil en 1980. Es artista y docente. Estudió arte en la Universidad de los Andes, hizo una maestría en poéticas visuales en la la Universidad de São Paulo y una maestría en artes visuales en Sint Lukas Bruselas. Su trabajo plástico explora la escenificación de diversos materiales, sobre todo pictóricos, textuales y de archivo, experimentando en torno a sus posibilidades narrativas. Actualmente vive en Bogotá.
Nació en Sobral, Brasil en 1980. Es artista y docente. Estudió arte en la Universidad de los Andes, hizo una maestría en poéticas visuales en la la Universidad de São Paulo y una maestría en artes visuales en Sint Lukas Bruselas. Su trabajo plástico explora la escenificación de diversos materiales, sobre todo pictóricos, textuales y de archivo, experimentando en torno a sus posibilidades narrativas. Actualmente vive en Bogotá.
Cecilia Ordoñez vive y trabaja en Tenjo Cundinamarca Colombia. Fue profesora de la Escuela de Artes de la Universidad nacional de Colombia, durante 28 años. Promovio la carrera de cerámica y ocupé cargos administrativos como Directora de Carreras y del Departamento de Artes. La arcilla y el fuego han sido parte de su vida por más de 40 años. ( He tomado riesgos y aprovechado oportunidades; la suerte ha sido generosa conmigo,tal vez por que he estado alerta, remontándome al pasado para tomar el presente). Su trabajo se exhibe en varios Museos de Arte en Colombia y el exterior. Miembro de la Academia Internacional de Cerámica
Cecilia Ordoñez vive y trabaja en Tenjo Cundinamarca Colombia. Fue profesora de la Escuela de Artes de la Universidad nacional de Colombia, durante 28 años. Promovio la carrera de cerámica y ocupé cargos administrativos como Directora de Carreras y del Departamento de Artes. La arcilla y el fuego han sido parte de su vida por más de 40 años. ( He tomado riesgos y aprovechado oportunidades; la suerte ha sido generosa conmigo,tal vez por que he estado alerta, remontándome al pasado para tomar el presente). Su trabajo se exhibe en varios Museos de Arte en Colombia y el exterior. Miembro de la Academia Internacional de Cerámica
Cecilia Ordoñez vive y trabaja en Tenjo Cundinamarca Colombia. Fue profesora de la Escuela de Artes de la Universidad nacional de Colombia, durante 28 años. Promovio la carrera de cerámica y ocupé cargos administrativos como Directora de Carreras y del Departamento de Artes. La arcilla y el fuego han sido parte de su vida por más de 40 años. ( He tomado riesgos y aprovechado oportunidades; la suerte ha sido generosa conmigo,tal vez por que he estado alerta, remontándome al pasado para tomar el presente). Su trabajo se exhibe en varios Museos de Arte en Colombia y el exterior. Miembro de la Academia Internacional de Cerámica
La palabra constelación dirige la imaginación en una mirada vertical al cielo y la noche. Si bien una estrella es un cuerpo celeste, también puede serlo cualquier figura u objeto con rayos que compartan un centro, buscando de alguna forma imitarla o, cuando menos, evocarla. Y si al artista le es posible evocar estrellas, podrá asimismo constelaciones, pero además universos. Vamos, como el alfarero, por partes. Constelación es una cierta alineación que figura, sugiere, un sentido; esto puede querer decir que hemos hecho hablar los astros, los hemos dispuesto e interpretado y de tal suerte conseguido, hasta un punto, interpelarlos. El carácter de este requerimiento ha sido de naturaleza trascendental, pues, sean cuales fueren las palabras y lenguas utilizadas cada vez, les hemos solicitado, casi siempre, revelar nada menos que el misterio de la existencia. Vemos en las piezas que se nos presentan una metáfora de esta conversación. Y si la conversación es de carácter mistérico, así tiene que ser su lenguaje. A este tipo de lenguaje podríamos llamarlo también simbólico; las constelaciones de Felipe son, diremos, símbolos. Los símbolos, más que significar, condensan y expresan estados o posibilidades de ser; no son objetivos, precisos, inmutables, pero tampoco del todo subjetivos: más bien colectivos. Un modo de ser colectivo se configura como una instancia de la realidad, que tanto se descubre -pues no es capricho de la subjetividad absoluta, como se crea -pues no es un dato objetivo que esté allí para ser descubierto y contemplado. Somos entonces al tiempo actores y autores de la realidad, no solo espectadores; hacemos parte de la energía creativa del cosmos; la realidad se realiza en nuestra forma conjunta de estar y movernos en ella. La obra que observamos es igualmente una metáfora de esta dinámica, así como lo era de nuestro diálogo sideral, pues acaso sean esto y dinámica existencial dos formas de decir lo mismo. Esta es, a mi entender, la declaración (statement) de las Constelaciones de Felipe. Parte de este diálogo o movimiento, sin embargo, aún echamos en falta en la presente exposición; se sugiere, de cierto modo lo contiene, pero por el momento se realiza solo como promesa. Veamos. Una constelación en estéreo (del griego στερεός) -3D diríamos hoy, como la representa el arte escultórico, bien puede verse como un universo, por pequeño que pueda resultar. O por grande, pues hasta los confines del espacio podrían delimitarse, supongo, con astros. En fin, estas constelaciones de alfarería, al levantarse del plano y ensamblarse sus múltiples e invisibles fracciones, constituyen también pequeños universos. Percibo así que la obra aspira a una cierta cosmovisión, esto es, a ser y dar cuenta de una experiencia del mundo en el cual estamos inmersos, de un horizonte de sentido vivo. Ahora, una cosmovisión se articula, codifica, de manera originaria en una narración, es decir un mito –pensémoslo un haz de luz que arranca por instantes a la experiencia y símbolos que la puedan expresar del oscuro abismo infinito dándoles forma reluciente, insuflando nueva energía en el lenguaje. Felipe nos abandona hoy todavía en algún lugar del incipiente camino: intuyo nos comparte mitos a la medida de nuestra huérfana situación contemporánea, escondidos aún al interior de sus constelaciones o universos como vientres que los contienen mientras nutren y terminan de gestar. Casi me impaciento por ver en futuras muestras su nacimiento.
La palabra constelación dirige la imaginación en una mirada vertical al cielo y la noche. Si bien una estrella es un cuerpo celeste, también puede serlo cualquier figura u objeto con rayos que compartan un centro, buscando de alguna forma imitarla o, cuando menos, evocarla. Y si al artista le es posible evocar estrellas, podrá asimismo constelaciones, pero además universos. Vamos, como el alfarero, por partes. Constelación es una cierta alineación que figura, sugiere, un sentido; esto puede querer decir que hemos hecho hablar los astros, los hemos dispuesto e interpretado y de tal suerte conseguido, hasta un punto, interpelarlos. El carácter de este requerimiento ha sido de naturaleza trascendental, pues, sean cuales fueren las palabras y lenguas utilizadas cada vez, les hemos solicitado, casi siempre, revelar nada menos que el misterio de la existencia. Vemos en las piezas que se nos presentan una metáfora de esta conversación. Y si la conversación es de carácter mistérico, así tiene que ser su lenguaje. A este tipo de lenguaje podríamos llamarlo también simbólico; las constelaciones de Felipe son, diremos, símbolos. Los símbolos, más que significar, condensan y expresan estados o posibilidades de ser; no son objetivos, precisos, inmutables, pero tampoco del todo subjetivos: más bien colectivos. Un modo de ser colectivo se configura como una instancia de la realidad, que tanto se descubre -pues no es capricho de la subjetividad absoluta, como se crea -pues no es un dato objetivo que esté allí para ser descubierto y contemplado. Somos entonces al tiempo actores y autores de la realidad, no solo espectadores; hacemos parte de la energía creativa del cosmos; la realidad se realiza en nuestra forma conjunta de estar y movernos en ella. La obra que observamos es igualmente una metáfora de esta dinámica, así como lo era de nuestro diálogo sideral, pues acaso sean esto y dinámica existencial dos formas de decir lo mismo. Esta es, a mi entender, la declaración (statement) de las Constelaciones de Felipe. Parte de este diálogo o movimiento, sin embargo, aún echamos en falta en la presente exposición; se sugiere, de cierto modo lo contiene, pero por el momento se realiza solo como promesa. Veamos. Una constelación en estéreo (del griego στερεός) -3D diríamos hoy, como la representa el arte escultórico, bien puede verse como un universo, por pequeño que pueda resultar. O por grande, pues hasta los confines del espacio podrían delimitarse, supongo, con astros. En fin, estas constelaciones de alfarería, al levantarse del plano y ensamblarse sus múltiples e invisibles fracciones, constituyen también pequeños universos. Percibo así que la obra aspira a una cierta cosmovisión, esto es, a ser y dar cuenta de una experiencia del mundo en el cual estamos inmersos, de un horizonte de sentido vivo. Ahora, una cosmovisión se articula, codifica, de manera originaria en una narración, es decir un mito –pensémoslo un haz de luz que arranca por instantes a la experiencia y símbolos que la puedan expresar del oscuro abismo infinito dándoles forma reluciente, insuflando nueva energía en el lenguaje. Felipe nos abandona hoy todavía en algún lugar del incipiente camino: intuyo nos comparte mitos a la medida de nuestra huérfana situación contemporánea, escondidos aún al interior de sus constelaciones o universos como vientres que los contienen mientras nutren y terminan de gestar. Casi me impaciento por ver en futuras muestras su nacimiento.
La palabra constelación dirige la imaginación en una mirada vertical al cielo y la noche. Si bien una estrella es un cuerpo celeste, también puede serlo cualquier figura u objeto con rayos que compartan un centro, buscando de alguna forma imitarla o, cuando menos, evocarla. Y si al artista le es posible evocar estrellas, podrá asimismo constelaciones, pero además universos. Vamos, como el alfarero, por partes. Constelación es una cierta alineación que figura, sugiere, un sentido; esto puede querer decir que hemos hecho hablar los astros, los hemos dispuesto e interpretado y de tal suerte conseguido, hasta un punto, interpelarlos. El carácter de este requerimiento ha sido de naturaleza trascendental, pues, sean cuales fueren las palabras y lenguas utilizadas cada vez, les hemos solicitado, casi siempre, revelar nada menos que el misterio de la existencia. Vemos en las piezas que se nos presentan una metáfora de esta conversación. Y si la conversación es de carácter mistérico, así tiene que ser su lenguaje. A este tipo de lenguaje podríamos llamarlo también simbólico; las constelaciones de Felipe son, diremos, símbolos. Los símbolos, más que significar, condensan y expresan estados o posibilidades de ser; no son objetivos, precisos, inmutables, pero tampoco del todo subjetivos: más bien colectivos. Un modo de ser colectivo se configura como una instancia de la realidad, que tanto se descubre -pues no es capricho de la subjetividad absoluta, como se crea -pues no es un dato objetivo que esté allí para ser descubierto y contemplado. Somos entonces al tiempo actores y autores de la realidad, no solo espectadores; hacemos parte de la energía creativa del cosmos; la realidad se realiza en nuestra forma conjunta de estar y movernos en ella. La obra que observamos es igualmente una metáfora de esta dinámica, así como lo era de nuestro diálogo sideral, pues acaso sean esto y dinámica existencial dos formas de decir lo mismo. Esta es, a mi entender, la declaración (statement) de las Constelaciones de Felipe. Parte de este diálogo o movimiento, sin embargo, aún echamos en falta en la presente exposición; se sugiere, de cierto modo lo contiene, pero por el momento se realiza solo como promesa. Veamos. Una constelación en estéreo (del griego στερεός) -3D diríamos hoy, como la representa el arte escultórico, bien puede verse como un universo, por pequeño que pueda resultar. O por grande, pues hasta los confines del espacio podrían delimitarse, supongo, con astros. En fin, estas constelaciones de alfarería, al levantarse del plano y ensamblarse sus múltiples e invisibles fracciones, constituyen también pequeños universos. Percibo así que la obra aspira a una cierta cosmovisión, esto es, a ser y dar cuenta de una experiencia del mundo en el cual estamos inmersos, de un horizonte de sentido vivo. Ahora, una cosmovisión se articula, codifica, de manera originaria en una narración, es decir un mito –pensémoslo un haz de luz que arranca por instantes a la experiencia y símbolos que la puedan expresar del oscuro abismo infinito dándoles forma reluciente, insuflando nueva energía en el lenguaje. Felipe nos abandona hoy todavía en algún lugar del incipiente camino: intuyo nos comparte mitos a la medida de nuestra huérfana situación contemporánea, escondidos aún al interior de sus constelaciones o universos como vientres que los contienen mientras nutren y terminan de gestar. Casi me impaciento por ver en futuras muestras su nacimiento.
Es artista plástico nacido en Bogotá Colombia en el año de 1981. En 2004 recibió el título de maestro en artes plásticas de la Universidad de los Andes de Bogotá Colombia y en 2012 el título de maestría Meisterschüler de la Universidad de las Artes de Berlín Alemania. Desde el 2002 Cohen expone sus obras con regularidad en Latinoamérica y Europa, tanto en muestras colectivas como individuales. Ha sido docente de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá. Su obra es una reflexión en torno a la materia y el soporte de la pintura. Sus obras de apariencia abstracta, hacen hincapié en la manera como han sido construidas, y su color, aparece como un derivado de esta construcción. El uso inusual de los materiales usuales de la pintura (óleo, lienzo, bastidor) nos presentan un objeto tradicional de apariencia extraña. Cuadros que no parecen cuadros; pinturas que no han sido pintadas. Con ello, el artista invita a poner entre dicho la categoría de pintura y obliga al espectador a reflexionar sobre la realidad material de la experiencia del arte.Vive y trabaja en Berlín.
Es artista plástico nacido en Bogotá Colombia en el año de 1981. En 2004 recibió el título de maestro en artes plásticas de la Universidad de los Andes de Bogotá Colombia y en 2012 el título de maestría Meisterschüler de la Universidad de las Artes de Berlín Alemania. Desde el 2002 Cohen expone sus obras con regularidad en Latinoamérica y Europa, tanto en muestras colectivas como individuales. Ha sido docente de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá. Su obra es una reflexión en torno a la materia y el soporte de la pintura. Sus obras de apariencia abstracta, hacen hincapié en la manera como han sido construidas, y su color, aparece como un derivado de esta construcción. El uso inusual de los materiales usuales de la pintura (óleo, lienzo, bastidor) nos presentan un objeto tradicional de apariencia extraña. Cuadros que no parecen cuadros; pinturas que no han sido pintadas. Con ello, el artista invita a poner entre dicho la categoría de pintura y obliga al espectador a reflexionar sobre la realidad material de la experiencia del arte.Vive y trabaja en Berlín.
Nació en Bogotá, Colombia, en1938. Durante la década de los años setenta realizó sus estudios de arte en la Escuela de David Manzur en Bogotá. Su primera exposición individual fue en 1979 en la Galería Belarca. Hasta ese momento su aproximación a la producción de obras de arte se dio desde lo bidimensional.Desde ese entonces su investigación plástica no ha parado.Su obra fue incorporada en el año 2000 - a las colecciones de los Museos de Arte Moderno,Sindelfingen, Alemania Naben, Kirchheim Teck, Alemania. Mención de honor en el XXXII Salón Anual de Artistas Colombianos, 1989.Mención de honor en el III Salón Regional de Artes Visuales Tunja, 1980. Vive y trabaja en Bogotá.
Es Historiador con una especialización en Historia y Teoría del Arte en la Universidad de los Andes y una maestría en Estudios Curatoriales en la Universidad de Essex, Reino Unido. Ha estado vinculado a instituciones culturales públicas como el Museo Nacional de Colombia y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia haciendo investigación curatorial y organizando exposiciones. Ahora dedica su tiempo a la docencia universitaria, la escritura sobre arte moderno, la gestión de exhibiciones y principalmente, la cerámica. Pasa la mayor parte de su vida en Partícula, Taller de Cerámica, su estudio. Allí hace piedras en barro y dicta talleres.Vive y trabaja en Bogotá.
Es Historiador con una especialización en Historia y Teoría del Arte en la Universidad de los Andes y una maestría en Estudios Curatoriales en la Universidad de Essex, Reino Unido. Ha estado vinculado a instituciones culturales públicas como el Museo Nacional de Colombia y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia haciendo investigación curatorial y organizando exposiciones. Ahora dedica su tiempo a la docencia universitaria, la escritura sobre arte moderno, la gestión de exhibiciones y principalmente, la cerámica. Pasa la mayor parte de su vida en Partícula, Taller de Cerámica, su estudio. Allí hace piedras en barro y dicta talleres.Vive y trabaja en Bogotá.
Es Historiador con una especialización en Historia y Teoría del Arte en la Universidad de los Andes y una maestría en Estudios Curatoriales en la Universidad de Essex, Reino Unido. Ha estado vinculado a instituciones culturales públicas como el Museo Nacional de Colombia y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia haciendo investigación curatorial y organizando exposiciones. Ahora dedica su tiempo a la docencia universitaria, la escritura sobre arte moderno, la gestión de exhibiciones y principalmente, la cerámica. Pasa la mayor parte de su vida en Partícula, Taller de Cerámica, su estudio. Allí hace piedras en barro y dicta talleres.Vive y trabaja en Bogotá.
Montoya tiene un interés particular en la materia y sus transmutaciones. En su práctica acude a distintas técnicas y medios. Trabaja a partir de fluidos pictóricos, barro y metales. Sus objetos artísticos, establecen relaciones entre los objetos de la naturaleza y los objetos creados por el hombre. En su hacer se vinculan la investigación, curaduría, gestión y organización de exposiciones. En el año 2013 fundó y desde entonces dirige Salón Comunal, un espacio para el arte contemporáneo en Bogotá, ciudad donde vive y trabaja.
Montoya tiene un interés particular en la materia y sus transmutaciones. En su práctica acude a distintas técnicas y medios. Trabaja a partir de fluidos pictóricos, barro y metales. Sus objetos artísticos, establecen relaciones entre los objetos de la naturaleza y los objetos creados por el hombre. En su hacer se vinculan la investigación, curaduría, gestión y organización de exposiciones. En el año 2013 fundó y desde entonces dirige Salón Comunal, un espacio para el arte contemporáneo en Bogotá, ciudad donde vive y trabaja.
Montoya tiene un interés particular en la materia y sus transmutaciones. En su práctica acude a distintas técnicas y medios. Trabaja a partir de fluidos pictóricos, barro y metales. Sus objetos artísticos, establecen relaciones entre los objetos de la naturaleza y los objetos creados por el hombre. En su hacer se vinculan la investigación, curaduría, gestión y organización de exposiciones. En el año 2013 fundó y desde entonces dirige Salón Comunal, un espacio para el arte contemporáneo en Bogotá, ciudad donde vive y trabaja.
Marcela Rodríguez se ha enfocado en el entendimiento del cuerpo como medio sensorial y político. Elemento determinante en la relación/ vínculo de cada ser humano con los elementos que constituye su experiencia vital. Es el sistema por medio del cual cada uno de nosotros utiliza la posibilidad de aproximación sen- sorial para conectar o aislar, construir o destruir, para sí e impactando el todo. El dibujo la base de sus búsquedas.
Marcela Rodríguez se ha enfocado en el entendimiento del cuerpo como medio sensorial y político. Elemento determinante en la relación/ vínculo de cada ser humano con los elementos que constituye su experiencia vital. Es el sistema por medio del cual cada uno de nosotros utiliza la posibilidad de aproximación sen- sorial para conectar o aislar, construir o destruir, para sí e impactando el todo. El dibujo la base de sus búsquedas.
Marcela Rodríguez se ha enfocado en el entendimiento del cuerpo como medio sensorial y político. Elemento determinante en la relación/ vínculo de cada ser humano con los elementos que constituye su experiencia vital. Es el sistema por medio del cual cada uno de nosotros utiliza la posibilidad de aproximación sen- sorial para conectar o aislar, construir o destruir, para sí e impactando el todo. El dibujo la base de sus búsquedas.
Mario Opazo tiene un interés especial por el estado de lo humano en el mundo contemporáneo, asuntos como la memoria y su rol en la producción de cultura, además de una comprensión amplia de la escritura como marca física o señal, le han llevado a relacionarse con diversos lenguajes desde los más tradicionales hasta los Medios electrónicos y digitales. Su obra también se ha orientado hacia la escritura Poética y de ensayo teórico. Su obra ha marcado una pauta crítica y experimental en Nuestro contexto. Mario Opazo ha sido ganador de importantes premios como el Premio Luis Caballero, el Premio Arte Latinoamericano del MOLA de los Ángeles, del premio monumento a La Paz para emplazar en la ONU Nueva York. También ha participado en la 52 Bienal De Venecia y en la X Bienal de la Habana entre otras.
Mario Opazo tiene un interés especial por el estado de lo humano en el mundo contemporáneo, asuntos como la memoria y su rol en la producción de cultura, además de una comprensión amplia de la escritura como marca física o señal, le han llevado a relacionarse con diversos lenguajes desde los más tradicionales hasta los Medios electrónicos y digitales. Su obra también se ha orientado hacia la escritura Poética y de ensayo teórico. Su obra ha marcado una pauta crítica y experimental en Nuestro contexto. Mario Opazo ha sido ganador de importantes premios como el Premio Luis Caballero, el Premio Arte Latinoamericano del MOLA de los Ángeles, del premio monumento a La Paz para emplazar en la ONU Nueva York. También ha participado en la 52 Bienal De Venecia y en la X Bienal de la Habana entre otras.
Mario Opazo tiene un interés especial por el estado de lo humano en el mundo contemporáneo, asuntos como la memoria y su rol en la producción de cultura, además de una comprensión amplia de la escritura como marca física o señal, le han llevado a relacionarse con diversos lenguajes desde los más tradicionales hasta los Medios electrónicos y digitales. Su obra también se ha orientado hacia la escritura Poética y de ensayo teórico. Su obra ha marcado una pauta crítica y experimental en Nuestro contexto. Mario Opazo ha sido ganador de importantes premios como el Premio Luis Caballero, el Premio Arte Latinoamericano del MOLA de los Ángeles, del premio monumento a La Paz para emplazar en la ONU Nueva York. También ha participado en la 52 Bienal De Venecia y en la X Bienal de la Habana entre otras.
Nació en Bogotá, Colombia, en1938. Durante la década de los años setenta realizó sus estudios de arte en la Escuela de David Manzur en Bogotá. Su primera exposición individual fue en 1979 en la Galería Belarca. Hasta ese momento su aproximación a la producción de obras de arte se dio desde lo bidimensional.Desde ese entonces su investigación plástica no ha parado.Su obra fue incorporada en el año 2000 - a las colecciones de los Museos de Arte Moderno,Sindelfingen, Alemania Naben, Kirchheim Teck, Alemania. Mención de honor en el XXXII Salón Anual de Artistas Colombianos, 1989.Mención de honor en el III Salón Regional de Artes Visuales Tunja, 1980. Vive y trabaja en Bogotá.
Su trabajo ha pendulado entre la música y las artes plásticas, pasando por el universo de las vibraciones, las palabras y los números. En el año 1992, con la creación de un sistema de composición, basado en las matemáticas y el lenguaje verbal, da comienzo a una trayectoria que se ha caracterizado por el desarrollo de proyectos que se fundamentan en el despertar o activar espacios, cuerpos u objetos acústicos. En distintos lugares del mundo ha presentado obras que plantean vínculos, interrelación de lenguajes, conexión con la naturaleza.