La obra resalta un interés por las nuevas formas de relacionarnos en donde la virtualidad, los elementos digitales y la tecnología juegan un papel protagónico. En una lectura muy simpleencontramos cómo el reflejo del espectador está compuesto por dígitos, donde cada uno de ellos tiene una participación y una importancia en la constitución de la imagen. Dentro de las vías actuales de relacionarnos en la sociedad contemporánea, somos codificados constantemente, ya sea con un ejercicio tan sencillo como la asignación de una cédula o procesos tan complejos como el reconocimiento facial en una foto de una red social.  

En esta pieza encontramos una impresora térmica utilizada comúnmente para la impresión de facturas o recibos, un sensor de presencia, una pantalla LCD y una cámara. En este ejercicio cuando una persona se ubica frente a la obra, el dispositivo hace una validación de la información por medio de un software desarrollado específicamente, donde se procede a verificar los datos para evitar errores o repetición de información, mostrando cifras de codificación en la pantalla.  

Dentro del ejercicio se plantea no solo un proceso de reconocimiento, caracterización y codificación del individuo, sino además el afianzamiento de la idea cómo nuestra información puede ser utilizada con múltiples fines. De esta forma una persona negada a leer las condiciones de la interacción pasará por alto como los datos serán manipulados con propósitos artísticos. La obra se vale de una factura, la cual es una constancia de un intercambio en una operación realizada, donde en el caso particular deja un testimonio de la disposición del espectador a dejar su información. 

Johan Alexander Gil Valderrama 
C0D1F1C4-2, 2020 
Escultura interactiva 
80 cm x 28 cm x 28 cm