Un programa de la Cámara de Comercio de Bogotá
Un programa cultural de:
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ONIROMANTE
A partir de un sueño, Umberto Eco desarrolla un artículo sobre cómo sería el planeta que tanto “queremos y cuidamos” en caso de un desastre que acabe con buena parte de los habitantes humanos del planeta.
Con esta muestra colectiva, los artistas se convierten en intérpretes de sueños para adivinar el futuro, uno en donde Eco describe que “aparecerán de nuevo, a media montaña, muchos animales, tejos, garduñas, zorros y liebres en abundancia”.
Un mundo en donde florecerá de nuevo la lectura, porque los libros, salvo casos de incendio, sobreviven a muchos desastres y nos harán compañía en los largos inviernos y hasta en verano, cuando hagamos nuestras necesidades bajo un árbol.
El oniromante no solo interpreta, sino que anuncia la fórmula de cómo evitar el fin del mundo: “si lográramos contener nuestro consumo, evitar la violencia, sin implicarnos tampoco demasiado en la ajena, y saborear de vez en cuando los antiguos ritos y costumbres pasados de moda”.
Es un mundo que basta con quererlo. La pregunta es si el espectador reflexiona sobre la propuesta de estos oniromantes, que esperan no quedarse como todos los profetas a quienes nadie hacen caso y si el sueño de esa tercera naturaleza de Eco se cuenta como un sueño y no como una anticipación de sus deseos y miedos.
Policroma es un espacio de interacción, encuentro y colaboración, a través de la riqueza estética y conceptual de su plataforma de artistas. Desde 2018, la galería abrió sus puertas para difundir, promover y comercializar arte contemporáneo a través de artistas locales e internacionales, tanto representados, como en alianzas con otras galerías y espacios.
Catalina Jaramillo Quijano crea narraciones visuales y las dirige a través de diversos medios para establecer un puente entre ficción y autobiografía; evoca imágenes de la literatura, la filosofía, el simbolismo mitológico y doctrinas obsoletas, para transformarlas desde el humor, el cinismo y la deformación alegórica en una singular colección de historias. Su obra está marcada por un proceso de experimentación con la palabra en sus múltiples posibilidades, la cual funciona como un detonante, una insinuación o juego visual, resignificando la figura de autor y lector pretende crear narraciones mínimas con el uso de gestos simples y señales sutiles a ser leídas.
Catalina Jaramillo Quijano crea narraciones visuales y las dirige a través de diversos medios para establecer un puente entre ficción y autobiografía; evoca imágenes de la literatura, la filosofía, el simbolismo mitológico y doctrinas obsoletas, para transformarlas desde el humor, el cinismo y la deformación alegórica en una singular colección de historias. Su obra está marcada por un proceso de experimentación con la palabra en sus múltiples posibilidades, la cual funciona como un detonante, una insinuación o juego visual, resignificando la figura de autor y lector pretende crear narraciones mínimas con el uso de gestos simples y señales sutiles a ser leídas.
Catalina Jaramillo Quijano crea narraciones visuales y las dirige a través de diversos medios para establecer un puente entre ficción y autobiografía; evoca imágenes de la literatura, la filosofía, el simbolismo mitológico y doctrinas obsoletas, para transformarlas desde el humor, el cinismo y la deformación alegórica en una singular colección de historias. Su obra está marcada por un proceso de experimentación con la palabra en sus múltiples posibilidades, la cual funciona como un detonante, una insinuación o juego visual, resignificando la figura de autor y lector pretende crear narraciones mínimas con el uso de gestos simples y señales sutiles a ser leídas.
El desarrollo de su obra gira en torno a las complejas relaciones de los seres humanos con el medio ambiente, en el mundo contemporáneo. Sara Herrera busca abordar estas problemáticas haciendo visibles los valores que se han priorizado y construido como sociedad, y los que se le han restado al mundo natural. A través del dibujo y la pintura, establece diálogos con el humano actual para hacerle entender que la naturaleza necesita ser escuchada.
El desarrollo de su obra gira en torno a las complejas relaciones de los seres humanos con el medio ambiente, en el mundo contemporáneo. Sara Herrera busca abordar estas problemáticas haciendo visibles los valores que se han priorizado y construido como sociedad, y los que se le han restado al mundo natural. A través del dibujo y la pintura, establece diálogos con el humano actual para hacerle entender que la naturaleza necesita ser escuchada.
La obra de Laura Montoya se desarrolla en la exploración del dibujo y en la riqueza de sus posibilidades. El punto y la línea son conceptos recurrentes con los cuales busca establecer relaciones con la naturaleza y la biología. El punto, como analogía a la célula o partícula que inicia vida, es el detonante de numerosas posibilidades formales, que acompañado del gesto y del movimiento, producen configuraciones aleatorias que van desde un trazo simple hasta la complejidad de criaturas propias del imaginario de la artista.
La obra de Laura Montoya se desarrolla en la exploración del dibujo y en la riqueza de sus posibilidades. El punto y la línea son conceptos recurrentes con los cuales busca establecer relaciones con la naturaleza y la biología. El punto, como analogía a la célula o partícula que inicia vida, es el detonante de numerosas posibilidades formales, que acompañado del gesto y del movimiento, producen configuraciones aleatorias que van desde un trazo simple hasta la complejidad de criaturas propias del imaginario de la artista.
La obra de Laura Montoya se desarrolla en la exploración del dibujo y en la riqueza de sus posibilidades. El punto y la línea son conceptos recurrentes con los cuales busca establecer relaciones con la naturaleza y la biología. El punto, como analogía a la célula o partícula que inicia vida, es el detonante de numerosas posibilidades formales, que acompañado del gesto y del movimiento, producen configuraciones aleatorias que van desde un trazo simple hasta la complejidad de criaturas propias del imaginario de la artista.
Angélica Teuta es una artista nómada colombiana que da forma a sus ideas a través de la creación de instalaciones que dialogan con el espacio huésped y su necesidad de realizar espacios oníricos, utilizando recursos como la construcción DIY (hágalo usted mismo), proyecciones análogas y digitales, materiales domésticos y sonido con el fin de que el visitante adquiera una experiencia de juego que hable o cuestione el contexto y las necesidad que ellos y su entorno experimentan. Como guía de los teatros fantasmagóricos del siglo XIX, la experiencia perceptiva de sus espacios utiliza elementos desnudos y fáciles de copiar, no pretende engañar a los observadores, sino inspirarlos a través de la curiosidad para recrear ambientes por sí mismos en casa o comunidades. Teuta utiliza con frecuencia el concepto de paisajes naturales como una representación nostálgica de nuestro mundo perdido. Su proyecto "Arquitectura emocional" combina sus instalaciones inmersivas ficticias con un interés por el diseño vernáculo y nómada, muebles de bricolaje y estructuras usualmente en madera y temporales, diseñando microespacios dentro de otros espacios y estructuras al aire libre que crean un universo fantástico y narrativo. La utopía, los recuerdos de la infancia, los entornos zen y el trabajo con las plantas son también temas predominantes en su trabajo.
Angélica Teuta es una artista nómada colombiana que da forma a sus ideas a través de la creación de instalaciones que dialogan con el espacio huésped y su necesidad de realizar espacios oníricos, utilizando recursos como la construcción DIY (hágalo usted mismo), proyecciones análogas y digitales, materiales domésticos y sonido con el fin de que el visitante adquiera una experiencia de juego que hable o cuestione el contexto y las necesidad que ellos y su entorno experimentan. Como guía de los teatros fantasmagóricos del siglo XIX, la experiencia perceptiva de sus espacios utiliza elementos desnudos y fáciles de copiar, no pretende engañar a los observadores, sino inspirarlos a través de la curiosidad para recrear ambientes por sí mismos en casa o comunidades. Teuta utiliza con frecuencia el concepto de paisajes naturales como una representación nostálgica de nuestro mundo perdido. Su proyecto "Arquitectura emocional" combina sus instalaciones inmersivas ficticias con un interés por el diseño vernáculo y nómada, muebles de bricolaje y estructuras usualmente en madera y temporales, diseñando microespacios dentro de otros espacios y estructuras al aire libre que crean un universo fantástico y narrativo. La utopía, los recuerdos de la infancia, los entornos zen y el trabajo con las plantas son también temas predominantes en su trabajo.
Angélica Teuta es una artista nómada colombiana que da forma a sus ideas a través de la creación de instalaciones que dialogan con el espacio huésped y su necesidad de realizar espacios oníricos, utilizando recursos como la construcción DIY (hágalo usted mismo), proyecciones análogas y digitales, materiales domésticos y sonido con el fin de que el visitante adquiera una experiencia de juego que hable o cuestione el contexto y las necesidad que ellos y su entorno experimentan. Como guía de los teatros fantasmagóricos del siglo XIX, la experiencia perceptiva de sus espacios utiliza elementos desnudos y fáciles de copiar, no pretende engañar a los observadores, sino inspirarlos a través de la curiosidad para recrear ambientes por sí mismos en casa o comunidades. Teuta utiliza con frecuencia el concepto de paisajes naturales como una representación nostálgica de nuestro mundo perdido. Su proyecto "Arquitectura emocional" combina sus instalaciones inmersivas ficticias con un interés por el diseño vernáculo y nómada, muebles de bricolaje y estructuras usualmente en madera y temporales, diseñando microespacios dentro de otros espacios y estructuras al aire libre que crean un universo fantástico y narrativo. La utopía, los recuerdos de la infancia, los entornos zen y el trabajo con las plantas son también temas predominantes en su trabajo.