Conozca a los ganadores del Premio Artecámara 2022

Artecámara: Después, es la curaduría propuesta por Alejandro Martín Maldonado que reúne el trabajo de 35 artistas seleccionados a través de una convocatoria abierta, otorgándoles a tres de ellos residencias artísticas.

Artecámara se ha consolidado como un espacio de circulación y visibilización de los proyectos de artistas emergentes para impulsar su proyección y participación en el mercado del arte. Para esta edición cuenta con la curaduría de Alejandro Martín Maldonado con el nombre Artecámara: Después, una propuesta en la que los artistas señalan en sus obras distintas sendas de transformación; desde una reflexión sensible sobre la memoria del conflicto y todos esos futuros que han sido sesgados, hasta una radical transformación de la forma de entendernos como animales y como parte de un entorno que nos hemos negado a escuchar.
Con el fin de continuar apoyando a las nuevas generaciones de artistas colombianos y de generar dinámicas para fortalecer y visibilizar su talento, para esta edición el Premio Artecámara le otorgará a tres artistas la posibilidad de realizar una residencia artística en Plataforma Caníbal (Barranquilla), Residencia Cocuyo (Cachipay) y NARA – Nido de Águilas Residencia Artística (Iguaque).
Felipe Arturo, Iñaki Chavarri y María Isabel Rueda fueron los jurados encargados de entregar el premio a estos jóvenes talentos del arte.

Conozca a los ganadores aquí:
 

Luis Sebastián Sanabria – Residencia artística en Plataforma Caníbal (Barranquilla)
Obra: Entre pecho y espalda

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Mi padre aprendió de mi abuelo a cargar con todo, a echárselo al hombro. Después, con los años, quiso que yo aprendiera a levantar ese peso. Y no pude. Le propuse, entonces, hacer relevos, levantarnos, como si el otro tuviera dificultad en mantenerse de pie. En ninguno de los cinco inten - tos nos dejaron de temblar las piernas. Es más, el sudor caía de nuestra frente al piso, rompiendo la concentración con la que pretendíamos aguantar. El abuelo no está y mi viejo no es tan fuerte como él. Ni yo, como ninguno de los dos.


Samuel Lasso – Residencia artística NARA – Nido de Águilas Residencia Artística (Iguaque)
Obra: SED

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«La tierra no tiene género no es nuestra madre no es hembra, no es cortada, penetrada, quemada viva la tierra es una complejidad sin género que no va a cuidarte (va a aniquilarte) ¡llorad, llorad! se recoge lo que se siembra» 
Un hechizo con ternura para el Antropoceno, VNS Matrix (1996) Viendo nuevamente SED, pensé en un monstruo que trascendía los parámetros de lo humano, sin género, deformado y, aunque con vestigios orgánicos, era puro metal; en mis trabajos, ese metal, como en la pieza derrumbe, siempre es un guiño a los procesos de industrialización humana y a un minimalismo contradictorio pero fiel al Antropoceno. También pensé en este ser sollozando y nosotros sedientos, bebiendo de sus lágrimas, parados frente a las puertas de un no retorno, «del nada todo volverá a ser como antes», quizás anhelando un pasado.
«La tierra no es nuestra madre», dice el colectivo VNS Matrix, y cuando menciona que «no es cortada» puede referirse a que tampoco es un recurso, dos grandes líneas de pensamiento que se debaten la dirección del futuro en términos climáticos. 
Estar parado en el medio de las puertas del no retorno es como no estar ni aquí, ni allá… La verdad es que es más habilitador pensar que no todo tiene que ser como antes y que estamos en el punto preciso —ese «ni aquí, ni allá»— para poder desconfiar de las predestinaciones e idear nuevos escenarios futuros.


Karen Moya – Residencia artística en Residencia Cocuyo (Cachipay)

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Obras: 
Instrucciones para flotar en un río de agonía

Acción de no hundirme pensando en la muerte, flotando en un cuerpo de agua que alguna vez arrastró cuerpos muertos, dejándome arrastrar por el río mientras dominaba el miedo de hundirme o de perderme arrastrada. Este videoarte es resultado del laboratorio de Arte-Naturaleza MAGNET, en el Río Guachaca de Magdalena.

Y entonces, la lluvia llegó
Suena lluvia de fondo. 
Recuerda escenas de sueño, olvida la realidad. 
Cuando por fin se va cayendo, desaparece la realidad tridimensional tangible, ¿a dónde viajamos? ¿cómo se siente el lugar? ¿hace frío? ¿hay fuego? ¿estás enterrado? ¿estás disuelto en la niebla? ¿flotando sobre agua? 
Este videoarte es creado a partir de las memorias escritas en mi diario de sueños.

Soy explota-explota

«Soy explota-explota es una guía poética para sobrevivir, un archivo personal pensado desde lo colectivo que está entramado por capas de reflexiones que han sido rayadas, dibujadas y escritas en mis libroartes, que llevo conmigo a cualquier lugar, así como de registros audiovisuales que he guardado desde el 2018 sobre el movimiento de resistencia artística y estudiantil de la que hago parte y que se puso en pie desde el último desplome de los techos de nuestra Facultad de Artes en la Universidad del Atlántico. Aquí recuento senderos que caminamos desde hace cuatro años en esta lucha por la reconstrucción de nuestros salones, talleres, cubículos, teatro y galería. Asambleas, movilizaciones, paros, tomas artísticas, derechos de petición, requerimiento de rendición de cuentas y diálogos. Pero también la agresión y persecución política y académica que sufrimos al manifestarnos en contra de la desidia y la corrupción en la educación pública dentro de esta universidad que está declarada como sujeto de reparación colectiva por la violencia paramilitar vivida en ella desde 1997. Somos artistas, no terroristas, y la ruina no volverá a ser silenciada, ni el techo, ni la tierra. Esto es un ejercicio de repensar la resistencia, donde decido movilizarme con mis libretas, mi cámara, algunas semillas, compañeras y compañeros. Del cemento a la tierra dentro de la Universidad, ocupando y recuperando desde el 2019 una zona de bosque tropical seco que está totalmente contaminado por los malos manejos de los residuos sólidos no biodegradables en las políticas administrativas de la Universidad.
Un monte que volvimos huerta, El Peñón, donde había más escombros, sillas y pedazos de tableros que tierra: un monte donde me encontré la planta que le daría nombre y sentido a este proyecto, la Ruellia tuberosa, conocida localmente como ‘explota-explota’, cuyas semillas explotan al contacto con el agua al ser arrojadas con fuerza, para germinar así, de forma subversiva y silvestre, donde caigan, como plaga, como monte. Soy explota-explota es también un monumento vivo por los cuatro estudiantes asesinados en un montaje donde se les acusaba de armar papa bombas y explotarse el 24 de Octubre de 2006. ¿Explotan las semillas como ideas que, a pesar de representar la muerte, multiplican su existencia en esta tierra, una tierra que queremos sanar, pero que, para sanar, debe ser reparada».
 

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