Una bestia muerta, 2022
Instalación

La bestia va más allá de un animal, de una persona y de un lugar. 
Es el resultado de un todo; más allá del tiempo; lejos de los hombres;  
superior a los animales; encarnando demonios; furibunda por la tierra; renuente;  
oculta en un recoveco, allí aguarda la bestia a ser encontrada.

Los Llanos Orientales se niegan a desprenderse de su pasado, el concepto de llaneridad es aquel epicentro de una cultura que se niega así misma e invalida a otros constantemente: guate es todo aquel que viene de afuera. Sin embargo, desde la guerra bipartidista y el boom petrolero la mayoría de los habitantes en Los Llanos son desplazados que buscan refugio en la espesa llanura. 

Esta exposición de guates y la falta de relación e interés mutuo entre los llaneros con sus nuevos vecinos ha provocado una lenta desaparición de los saberes culturales en la región, provocando que solo aquellos con familiares directos de los llanos o trabajadores de hatos sigan aprendiendo sobre la cultura llanera, ya sea por herencia familiar o por necesidad de sobrevivir. 

En los grandes pilares del imaginario colectivo sobre Los Llanos están la tradición y las dinámicas alrededor del petróleo, epicentros que lentamente han comenzado a convalecer en gran parte de los territorios. En la Sabana los llaneros denominan bestia a todo animal de gran tamaño que tenga una relación directa con su territorio, entre las bestias existe una que forma lazos estrechos y profundos con los habitantes: el caballo, motivo de componer canciones, de inspirar dibujos y de escribir coplas. 

En el año 2019, en el municipio de Tauramena, Casanare, a las afueras del casco urbano, está el abandonado pozo petrolero de Buenos Aires; allí ya no existe nada más que un terreno baldío y plano con una placa conmemorativa que da fe de que en algún momento se extrajeron toneladas de petróleo. Aquel lugar, entre la maleza y las moscas, escondía el esqueleto de un caballo. 

Aquel que forja una relación de amor con su animal le da un entierro digno de su sentir. No queda más que decir si la bestia adorada de los llanos se encuentra abandonada en los vestigios de una economía obsoleta.