Buscamos que el Stand de Galería Sextante en ARTBO sea una extensión internacional de los espacios de la Galería. Al tomar uno de los stands grandes buscamos presentar una muestra completa y consistente con obras recientes de los artistas de la galería. Son obras importantes y de gran formato que requieren un espacio amplio. Queremos que la propuesta expositiva permita al público entender y apreciar la obra de nuestros artistas. El hilo conductor entre ellos es el TERRITORIO.
Galería Sextante-Taller Arte Dos Gráfico fundada en 1981 por María Eugenia Niño y Luis Ángel Parra, acompaña y expone regularmente el trabajo de un selecto grupo de artistas contemporáneos latinoamericanos, artistas de trayectoria y artistas jóvenes-. La Galería como espacio analítico que permita al público percibir, pensar y profundizar en sus propuestas y proyectos artísticos. -Artistas jóvenes: Alejandro Casazi, Lucia Morón, Santiago Parra, Angélica Zorrilla, / Artistas de trayectoria: Fernando Cruz, Ricardo Benaim, Juan Manuel Echavarría, Luis Fernando Peláez, Teresa Pereda, Jorge Sarsale, Hugo Zapata-. En su sede en Bogotá, dos antiguas casas vecinas al desaparecido Lago Gaitán, tiene: dos salas de exposición temática, tres salas de exhibición permanente, sala de proyección, sala de libros de artista, sala de obra gráfica, los talleres del Taller Arte Dos Gráfico - Taller de grabado, xilografía, serigrafía, litografía, offset, fotografía digital, fotografia de técnicas antiguas, tipografía, encuadernación y marquetería- . Cuenta con un centro de documentación, bibliotecas especializadas en arte, poesía, literatura, geografía, historia y política de los países latinoamericanos para uso de los artistas en su programa de artistas en residencia. El Taller Arte Dos Gráfico, fundado en 1977 ha sido el espacio elegido para la realización de un centenar de obras de artistas nacionales e internacionales. Artistas como León Ferrari, Beatriz González, Álvaro Barrios, Antonio Samudio, Juan Lecuona, Ana Mercedes Hoyos, Gustavo Zalamea, Antonio Seguí, Fernando de Szyszlo, Ricardo Benaim, Samy Benmayor, entre muchos otros, se convirtieron en amigos de la casa y han vuelto una y otra vez.
Santiago Parra nació en Bogotá, Colombia en 1986. Estudió Letras en la Universidad Nacional de Colombia, seguido de una educación artística en la Universidad de los Andes, Bogotá y luego en la Universidad Academy of Art para estudiar Bellas Artes en San Francisco, donde también aprendido sobre cine y televisión. Parra es conocido por sus pinturas en blanco y negro de gran tamaño, abstractas y muy expresivas. Sus lienzos capturan la planitud suspendida de las imágenes similares a la caligrafía, armonizando dos momentos estéticos aparentemente incompatibles, la espontaneidad y la reflexión, que están moldeados por el movimiento, la fuerza, la gravedad y la habilidad del proceso creativo del artista colombiano.Explora las posibilidades expresivas de la forma abstracta por excelencia. De manera audaz redefine estructuras abstractas con audaces pinceladas escultóricas. Su trabajo es tanto una exploración estética como un cuestionamiento de la esencia de la creación de imágenes abstractas.
Santiago Parra nació en Bogotá, Colombia en 1986. Estudió Letras en la Universidad Nacional de Colombia, seguido de una educación artística en la Universidad de los Andes, Bogotá y luego en la Universidad Academy of Art para estudiar Bellas Artes en San Francisco, donde también aprendido sobre cine y televisión. Parra es conocido por sus pinturas en blanco y negro de gran tamaño, abstractas y muy expresivas. Sus lienzos capturan la planitud suspendida de las imágenes similares a la caligrafía, armonizando dos momentos estéticos aparentemente incompatibles, la espontaneidad y la reflexión, que están moldeados por el movimiento, la fuerza, la gravedad y la habilidad del proceso creativo del artista colombiano.Explora las posibilidades expresivas de la forma abstracta por excelencia. De manera audaz redefine estructuras abstractas con audaces pinceladas escultóricas. Su trabajo es tanto una exploración estética como un cuestionamiento de la esencia de la creación de imágenes abstractas.
Santiago Parra nació en Bogotá, Colombia en 1986. Estudió Letras en la Universidad Nacional de Colombia, seguido de una educación artística en la Universidad de los Andes, Bogotá y luego en la Universidad Academy of Art para estudiar Bellas Artes en San Francisco, donde también aprendido sobre cine y televisión. Parra es conocido por sus pinturas en blanco y negro de gran tamaño, abstractas y muy expresivas. Sus lienzos capturan la planitud suspendida de las imágenes similares a la caligrafía, armonizando dos momentos estéticos aparentemente incompatibles, la espontaneidad y la reflexión, que están moldeados por el movimiento, la fuerza, la gravedad y la habilidad del proceso creativo del artista colombiano.Explora las posibilidades expresivas de la forma abstracta por excelencia. De manera audaz redefine estructuras abstractas con audaces pinceladas escultóricas. Su trabajo es tanto una exploración estética como un cuestionamiento de la esencia de la creación de imágenes abstractas.
El 11 de marzo de 2010 fui invitado al viejo Mampuján, corregimiento de los Montes de María, Bolívar, Colombia. La comunidad conmemoraba los 10 años de su desplazamiento por el grupo paramilitar “Héroes de los Montes de María”. En la Escuela Rural de Mampuján, abandonada, sin techos, y con los pisos cubiertos por la vegetación, encontré en una de las aulas un tablero y a un lado las vocales pintadas en la pared. Me llamó la atención su caligrafía y los colores de las letras. Estas parecían desplazarse del tablero: la a, e, i, u, legibles a pesar de la humedad y del abandono forzado… la o, desvaneciéndose. En la segunda aula, vi un tablero escondido entre mucha vegetación, desteñido, y en muy mal estado. Dudé en fotografiarlo. Días después, al observar la fotografía con cuidado, descubrí que en ese tablero silencioso se asomaba una frase casi invisible: “Lo bonito es estar vivo”. Fueron estos tableros en el viejo pueblo de Mampuján los que me impulsaron a buscar otras escuelas por los Montes de María, otras memorias que pudieran recuperarse antes de desvanecerse para siempre como esa “o” en la escuela de Mampuján. Durante más de siete años, Fernando Grisalez y yo, hemos encontrado más de 100 escuelas abandonas por la guerra y tenemos más de 200 tableros fotografiados. En esta serie de Silencios está también la escuela de Bella Vista en Bojayá, Chocó, y otras escuelas más del Caquetá. El proyecto continúa… —JME
El 11 de marzo de 2010 fui invitado al viejo Mampuján, corregimiento de los Montes de María, Bolívar, Colombia. La comunidad conmemoraba los 10 años de su desplazamiento por el grupo paramilitar “Héroes de los Montes de María”. En la Escuela Rural de Mampuján, abandonada, sin techos, y con los pisos cubiertos por la vegetación, encontré en una de las aulas un tablero y a un lado las vocales pintadas en la pared. Me llamó la atención su caligrafía y los colores de las letras. Estas parecían desplazarse del tablero: la a, e, i, u, legibles a pesar de la humedad y del abandono forzado… la o, desvaneciéndose. En la segunda aula, vi un tablero escondido entre mucha vegetación, desteñido, y en muy mal estado. Dudé en fotografiarlo. Días después, al observar la fotografía con cuidado, descubrí que en ese tablero silencioso se asomaba una frase casi invisible: “Lo bonito es estar vivo”. Fueron estos tableros en el viejo pueblo de Mampuján los que me impulsaron a buscar otras escuelas por los Montes de María, otras memorias que pudieran recuperarse antes de desvanecerse para siempre como esa “o” en la escuela de Mampuján. Durante más de siete años, Fernando Grisalez y yo, hemos encontrado más de 100 escuelas abandonas por la guerra y tenemos más de 200 tableros fotografiados. En esta serie de Silencios está también la escuela de Bella Vista en Bojayá, Chocó, y otras escuelas más del Caquetá. El proyecto continúa… —JME
El 11 de marzo de 2010 fui invitado al viejo Mampuján, corregimiento de los Montes de María, Bolívar, Colombia. La comunidad conmemoraba los 10 años de su desplazamiento por el grupo paramilitar “Héroes de los Montes de María”. En la Escuela Rural de Mampuján, abandonada, sin techos, y con los pisos cubiertos por la vegetación, encontré en una de las aulas un tablero y a un lado las vocales pintadas en la pared. Me llamó la atención su caligrafía y los colores de las letras. Estas parecían desplazarse del tablero: la a, e, i, u, legibles a pesar de la humedad y del abandono forzado… la o, desvaneciéndose. En la segunda aula, vi un tablero escondido entre mucha vegetación, desteñido, y en muy mal estado. Dudé en fotografiarlo. Días después, al observar la fotografía con cuidado, descubrí que en ese tablero silencioso se asomaba una frase casi invisible: “Lo bonito es estar vivo”. Fueron estos tableros en el viejo pueblo de Mampuján los que me impulsaron a buscar otras escuelas por los Montes de María, otras memorias que pudieran recuperarse antes de desvanecerse para siempre como esa “o” en la escuela de Mampuján. Durante más de siete años, Fernando Grisalez y yo, hemos encontrado más de 100 escuelas abandonas por la guerra y tenemos más de 200 tableros fotografiados. En esta serie de Silencios está también la escuela de Bella Vista en Bojayá, Chocó, y otras escuelas más del Caquetá. El proyecto continúa… —JME