Delito y ornamento, 2019 
Videoinstalación 
 

El auge de la economía del narcotráfico durante la década del ochenta en Colombia impulsó el derroche y la materialización de fantasías. Un lugar que sobresale en este sentido es la Hacienda Nápoles, donde Pablo Escobar instaló un parque zoológico abierto al público, poblado con especies exóticas. Tras la incautación de estos bienes, la suerte de estas especies ha confrontado a la sociedad colombiana repetidamente. La videoinstalación Ornamento y delito, dispuesta en un cubículo recubierto de cobijas estampadas con especies animales registradas en entornos silvestres, propone una experiencia de cine inmersivo que nos sitúa en un entorno de cautiverio. Allí se enlazan el destino de los animales de Nápoles en un nuevo parque temático administrado por el Estado y las prácticas sociales de visita en la cárcel El Pesebre, que se instaló en años recientes dentro de los predios de la antigua hacienda. En múltiples pantallas, Sebastián Múnera recrea la experiencia de dos amigas que disfrutan de un día en el parque temático después de una visita conyugal en la cárcel. El proyecto enlaza espacios y prácticas culturales derivadas del conflicto colombiano vinculado al narcotráfico en una escala cotidiana, que permite comprender el modo en que estas situaciones y economías se han solapado en diferentes capas, donde el delito permanece camuflado bajo prácticas de entretenimiento. 
 

 Instagram: @suerte_balthazar 

www.sebastianmunera.com