Cuerpos, 2021 
Piezas cerámicas con terminados en patina de cobre y rakú 

 
Propone una imagen del malestar con esta composición escultórica. Elaborados en cerámica, trece seres emergen, tan extraños como monstruosos, con cuatro extremidades, con torso, pero sin cabeza, por lo que también sugieren el cuerpo de dos siameses unidos por un tronco común. Estos cuerpos hablan de la desazón y la incomodidad que supone la transformación. Carnosos y abultados, andan con dificultad en direcciones opuestas. Sus piernas soportan la pesadez y su propia deformidad, y no sabemos si avanzan o retroceden; parecen colisionar, pero no hay duda de su vitalidad y energía. Juntos forman un círculo y sugieren un movimiento cíclico y centrado, como en un ritual atávico y colectivo. Maleable, húmeda, árida, polvorosa, rota, frágil, pesada y cambiante, se trata de una metáfora conformada entre las categorías de la cerámica y el cuerpo de la artista. 

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