Buscamos que el Stand de Galería Sextante en ARTBO sea una extensión internacional de los espacios de la Galería. Al tomar uno de los stands grandes buscamos presentar una muestra completa y consistente con obras recientes de los artistas de la galería. Son obras importantes y de gran formato que requieren un espacio amplio. Queremos que la propuesta expositiva permita al público entender y apreciar la obra de nuestros artistas. El hilo conductor entre ellos es el TERRITORIO.
Galería Sextante 1986 La galería ha sido desde su inicio un observatorio de diferentes fenómenos y estados de la materia -nos atrae su potencia-. Su nombre, un instrumento para articular y relacionar los diferentes elementos que componen una experiencia de encuentro donde la mirada permite ubicarse en un momento determinado, en un lugar específico ante objetos, eventos y situaciones que sobrepasan lo dispuesto. El sextante trajo consigo el juego de referencias y referenciaciones para navegar, aprovechando nuestra fascinación por las estrellas en el cielo abierto donde aparecen con su palpitante luz que señala, indica y permite el movimiento, hemos estado acompañados por el quehacer de diferentes artistas de varias generaciones y lugares de Colombia y Latinoamérica por más de cuarenta años. Una aventura de flujos, tensiones, uniones y unidades, coincidencias con estos diversos compañeros de viaje, todos ellos con miradas singulares ante lo posible, todos ellos transformadores e intérpretes de la realidad, creadores de otras nuevas. El hacer de muchos ha construido esta constelación de sentido en el momento de acontecer entre nuestros espacios.
Constelaciones Relaciones de orden y sentido que dan cuenta de nuestros modos y maneras de las inevitables interrupciones que generan las paredes, los saltos. Uniones de lo posible, convergencias de puntos a través de la mirada. Como un universo, cada sala es una constelación, Sextante el instrumento que permite situarse, saber qué interpretar. Las obras de los artistas colombianos y latinoamericanos como estrellas en el Universo llenas de misterios y contenidos y El SEXTANTE el instrumento para verlas, descubrirlas, viajar entre ellas.
Su experiencia de vida, emocional, silenciosa y metafísica se traduce en poemas visuales con referencias a problemas del espacio, el lugar y la memoria. Esto sugieren sus obras: el viaje, la ansiedad al partir y la angustia por llegar, la espera en medio de la lluvia, la soledad que mira una ciudad vacía, metafísica, a través de la ventana. ¡En su obra casi siempre llueve! Ha sido reconocido como uno de los artistas más destacados de la década de los 80, cuando tuvo un gran reconocimiento en el XXXI Salón Nacional de Artistas Colombianos (1987). Exposiciones individuales: 1979, Galería Finale, Medellín; 1980, El arte en Antioquia y la década de los setenta, Museo de Arte Moderno de Medellín; 1985, Galería La Oficina, Medellín; 1989, Sala de Exposiciones Suramericana de Seguros, Medellín; 2003, Lluvia en la montaña, Museo de Arte Moderno de Barranquilla, Barranquilla; Sur, Museo Zeppelín, Freidrichshafen (Alemania); 2004, Sur, Feria Art Frankfurt, Frankfurt (Alemania); Bajo la luna, Museo de Arte Moderno de Bogotá, Bogotá; Mediodía, Galería El Museo, Bogotá; Azar, Galería Fernando Pradilla, Madrid (España
Su experiencia de vida, emocional, silenciosa y metafísica se traduce en poemas visuales con referencias a problemas del espacio, el lugar y la memoria. Esto sugieren sus obras: el viaje, la ansiedad al partir y la angustia por llegar, la espera en medio de la lluvia, la soledad que mira una ciudad vacía, metafísica, a través de la ventana. ¡En su obra casi siempre llueve! Ha sido reconocido como uno de los artistas más destacados de la década de los 80, cuando tuvo un gran reconocimiento en el XXXI Salón Nacional de Artistas Colombianos (1987). Exposiciones individuales: 1979, Galería Finale, Medellín; 1980, El arte en Antioquia y la década de los setenta, Museo de Arte Moderno de Medellín; 1985, Galería La Oficina, Medellín; 1989, Sala de Exposiciones Suramericana de Seguros, Medellín; 2003, Lluvia en la montaña, Museo de Arte Moderno de Barranquilla, Barranquilla; Sur, Museo Zeppelín, Freidrichshafen (Alemania); 2004, Sur, Feria Art Frankfurt, Frankfurt (Alemania); Bajo la luna, Museo de Arte Moderno de Bogotá, Bogotá; Mediodía, Galería El Museo, Bogotá; Azar, Galería Fernando Pradilla, Madrid (España
Su experiencia de vida, emocional, silenciosa y metafísica se traduce en poemas visuales con referencias a problemas del espacio, el lugar y la memoria. Esto sugieren sus obras: el viaje, la ansiedad al partir y la angustia por llegar, la espera en medio de la lluvia, la soledad que mira una ciudad vacía, metafísica, a través de la ventana. ¡En su obra casi siempre llueve! Ha sido reconocido como uno de los artistas más destacados de la década de los 80, cuando tuvo un gran reconocimiento en el XXXI Salón Nacional de Artistas Colombianos (1987). Exposiciones individuales: 1979, Galería Finale, Medellín; 1980, El arte en Antioquia y la década de los setenta, Museo de Arte Moderno de Medellín; 1985, Galería La Oficina, Medellín; 1989, Sala de Exposiciones Suramericana de Seguros, Medellín; 2003, Lluvia en la montaña, Museo de Arte Moderno de Barranquilla, Barranquilla; Sur, Museo Zeppelín, Freidrichshafen (Alemania); 2004, Sur, Feria Art Frankfurt, Frankfurt (Alemania); Bajo la luna, Museo de Arte Moderno de Bogotá, Bogotá; Mediodía, Galería El Museo, Bogotá; Azar, Galería Fernando Pradilla, Madrid (España
Es un artista en franco romance con la piedra, ese material que representa “los rastros del trajinar de la materia en la eternidad del tiempo geológico”, como bellamente lo expresa él mismo. En el sentir de Zapata, la piedra encierra, desde siempre, obras, signos y mensajes que él como artista debe desentrañar. Para hacerlo, sale a su encuentro, porque a Zapata le interesa la piedra por lo que la piedra es en sí, por lo que le ofrece y le entrega. Así han ido surgiendo de su taller los Amantes, los Testigos, los Pensadores, las Flores, las Mándalas, los Vestigios, los Cenotafios y muchas otras manifestaciones incomparables de su inspiración, unas veces en solo piedra, otras acompañadas de materias como vidrio, pigmentos, resinas o agua. La singular obra de Hugo Zapata nos confirma que la piedra no es un objeto más, sino acaso el más privilegiado y simbólico de los elementos del mundo pues ni el agua ni el aire ni la tierra ni el fuego han merecido ser utilizados así por el arte. Sus trabajos centran en captar la belleza que nos rodea en su estado más puro. La roca nos ofrece sus elementos formales, conceptuales y espirituales que acompañan el trabajo del artista. Sus obras aluden a la piedra tallada por el hombre en todas las culturas, a su huella heredada desde los inicios de las civilizaciones.
Es un artista en franco romance con la piedra, ese material que representa “los rastros del trajinar de la materia en la eternidad del tiempo geológico”, como bellamente lo expresa él mismo. En el sentir de Zapata, la piedra encierra, desde siempre, obras, signos y mensajes que él como artista debe desentrañar. Para hacerlo, sale a su encuentro, porque a Zapata le interesa la piedra por lo que la piedra es en sí, por lo que le ofrece y le entrega. Así han ido surgiendo de su taller los Amantes, los Testigos, los Pensadores, las Flores, las Mándalas, los Vestigios, los Cenotafios y muchas otras manifestaciones incomparables de su inspiración, unas veces en solo piedra, otras acompañadas de materias como vidrio, pigmentos, resinas o agua. La singular obra de Hugo Zapata nos confirma que la piedra no es un objeto más, sino acaso el más privilegiado y simbólico de los elementos del mundo pues ni el agua ni el aire ni la tierra ni el fuego han merecido ser utilizados así por el arte. Sus trabajos centran en captar la belleza que nos rodea en su estado más puro. La roca nos ofrece sus elementos formales, conceptuales y espirituales que acompañan el trabajo del artista. Sus obras aluden a la piedra tallada por el hombre en todas las culturas, a su huella heredada desde los inicios de las civilizaciones.
Es un artista en franco romance con la piedra, ese material que representa “los rastros del trajinar de la materia en la eternidad del tiempo geológico”, como bellamente lo expresa él mismo. En el sentir de Zapata, la piedra encierra, desde siempre, obras, signos y mensajes que él como artista debe desentrañar. Para hacerlo, sale a su encuentro, porque a Zapata le interesa la piedra por lo que la piedra es en sí, por lo que le ofrece y le entrega. Así han ido surgiendo de su taller los Amantes, los Testigos, los Pensadores, las Flores, las Mándalas, los Vestigios, los Cenotafios y muchas otras manifestaciones incomparables de su inspiración, unas veces en solo piedra, otras acompañadas de materias como vidrio, pigmentos, resinas o agua. La singular obra de Hugo Zapata nos confirma que la piedra no es un objeto más, sino acaso el más privilegiado y simbólico de los elementos del mundo pues ni el agua ni el aire ni la tierra ni el fuego han merecido ser utilizados así por el arte. Sus trabajos centran en captar la belleza que nos rodea en su estado más puro. La roca nos ofrece sus elementos formales, conceptuales y espirituales que acompañan el trabajo del artista. Sus obras aluden a la piedra tallada por el hombre en todas las culturas, a su huella heredada desde los inicios de las civilizaciones.
Parra es conocido por sus pinturas en blanco y negro grandes, abstractas y muy expresivas. Sus lienzos capturan la planitud suspendida de la imaginería caligráfica, armonizando dos momentos estéticos aparentemente incompatibles: la espontaneidad y la reflexión. Ambos moldeados por el movimiento, la fuerza, la gravedad y la habilidad del proceso creativo del artista colombiano. Explora las posibilidades expresivas de la forma abstracta por excelencia. De manera audaz redefine las estructuras abstractas con audaces pinceladas escultóricas. Su trabajo es tanto una exploración estética como un cuestionamiento de la esencia de la creación de imágenes abstractas.
Parra es conocido por sus pinturas en blanco y negro grandes, abstractas y muy expresivas. Sus lienzos capturan la planitud suspendida de la imaginería caligráfica, armonizando dos momentos estéticos aparentemente incompatibles: la espontaneidad y la reflexión. Ambos moldeados por el movimiento, la fuerza, la gravedad y la habilidad del proceso creativo del artista colombiano. Explora las posibilidades expresivas de la forma abstracta por excelencia. De manera audaz redefine las estructuras abstractas con audaces pinceladas escultóricas. Su trabajo es tanto una exploración estética como un cuestionamiento de la esencia de la creación de imágenes abstractas.
Parra es conocido por sus pinturas en blanco y negro grandes, abstractas y muy expresivas. Sus lienzos capturan la planitud suspendida de la imaginería caligráfica, armonizando dos momentos estéticos aparentemente incompatibles: la espontaneidad y la reflexión. Ambos moldeados por el movimiento, la fuerza, la gravedad y la habilidad del proceso creativo del artista colombiano. Explora las posibilidades expresivas de la forma abstracta por excelencia. De manera audaz redefine las estructuras abstractas con audaces pinceladas escultóricas. Su trabajo es tanto una exploración estética como un cuestionamiento de la esencia de la creación de imágenes abstractas.
Crecí rodeada de paisajes chilenos los cuales me inspiraron desde temprana edad. Soy Licenciada en Bellas Artes y Estética, especializada en técnicas de grabado. Después de algunos años me trasladé a Bogotá para continuar mi carrera como artista. Fue allí, donde me convertí en una verdadera amante de la naturaleza. Los exuberantes paisajes que rodean a Colombia inspiraron mis técnicas, mi lenguaje artístico y mi alma. Mi trabajo es una investigación y una revisión de materiales que tienen tres vertientes que se unen: naturaleza, observación y recolección de elementos. Me apropio de lo obtenido, abstraigo sus cualidades y genero nuevos iconos con los que trabajo. De este proceso exploratorio recupero formas, elementos, patrones visuales, repeticiones y ritmos, para rendir culto a la naturaleza y sus formas de inspiración. He seleccionado mi materia prima minuciosamente, para mí son espíritu o esencia. La seda y el papel tienen la suavidad y la maleabilidad que necesito para crear mis formas. El proceso de realización de mis trabajos es minucioso y metódico. Con pequeños y simples elementos; como plumas realizadas en papel y seda, organizadas en un orden preciso, construyo un grupo de entidades que forman la obra final.
Crecí rodeada de paisajes chilenos los cuales me inspiraron desde temprana edad. Soy Licenciada en Bellas Artes y Estética, especializada en técnicas de grabado. Después de algunos años me trasladé a Bogotá para continuar mi carrera como artista. Fue allí, donde me convertí en una verdadera amante de la naturaleza. Los exuberantes paisajes que rodean a Colombia inspiraron mis técnicas, mi lenguaje artístico y mi alma. Mi trabajo es una investigación y una revisión de materiales que tienen tres vertientes que se unen: naturaleza, observación y recolección de elementos. Me apropio de lo obtenido, abstraigo sus cualidades y genero nuevos iconos con los que trabajo. De este proceso exploratorio recupero formas, elementos, patrones visuales, repeticiones y ritmos, para rendir culto a la naturaleza y sus formas de inspiración. He seleccionado mi materia prima minuciosamente, para mí son espíritu o esencia. La seda y el papel tienen la suavidad y la maleabilidad que necesito para crear mis formas. El proceso de realización de mis trabajos es minucioso y metódico. Con pequeños y simples elementos; como plumas realizadas en papel y seda, organizadas en un orden preciso, construyo un grupo de entidades que forman la obra final.
Crecí rodeada de paisajes chilenos los cuales me inspiraron desde temprana edad. Soy Licenciada en Bellas Artes y Estética, especializada en técnicas de grabado. Después de algunos años me trasladé a Bogotá para continuar mi carrera como artista. Fue allí, donde me convertí en una verdadera amante de la naturaleza. Los exuberantes paisajes que rodean a Colombia inspiraron mis técnicas, mi lenguaje artístico y mi alma. Mi trabajo es una investigación y una revisión de materiales que tienen tres vertientes que se unen: naturaleza, observación y recolección de elementos. Me apropio de lo obtenido, abstraigo sus cualidades y genero nuevos iconos con los que trabajo. De este proceso exploratorio recupero formas, elementos, patrones visuales, repeticiones y ritmos, para rendir culto a la naturaleza y sus formas de inspiración. He seleccionado mi materia prima minuciosamente, para mí son espíritu o esencia. La seda y el papel tienen la suavidad y la maleabilidad que necesito para crear mis formas. El proceso de realización de mis trabajos es minucioso y metódico. Con pequeños y simples elementos; como plumas realizadas en papel y seda, organizadas en un orden preciso, construyo un grupo de entidades que forman la obra final.
Artista contemporáneo de la generación de los 60s. Samudio ha trabajado como uno de los mejores coloristas de la actualidad. Su obra cargada de una gran ironía, humor y sarcasmo, la ha utilizado siempre como una herramienta critica, mordaz y real, describiendo la clase política, el clero y nuestra sociedad. Juan Manuel Roca describe su obra con gran claridad. Existen pocos coloristas en Colombia como Samudio. Es algo que no todo el mundo sabe, por la sencilla razón de que en un país tropical y estridente casi siempre se piensa que el color solo tiene que ver con el estallido, con el exceso, con las combinaciones carnavalescas, con el hecho de que en un cuadro existan colores que parecen verse la cara por primera vez. El color en Samudio tiene sordina, como en los músicos que hablan al oído con secretos o en los mismos que hablan sin palabras. Es el color de quien moja su pincel en la niebla, de quien sabe leer tras su grisáceo cortinaje unas formas ocultas visitadas en la penumbra.
Artista contemporáneo de la generación de los 60s. Samudio ha trabajado como uno de los mejores coloristas de la actualidad. Su obra cargada de una gran ironía, humor y sarcasmo, la ha utilizado siempre como una herramienta critica, mordaz y real, describiendo la clase política, el clero y nuestra sociedad. Juan Manuel Roca describe su obra con gran claridad. Existen pocos coloristas en Colombia como Samudio. Es algo que no todo el mundo sabe, por la sencilla razón de que en un país tropical y estridente casi siempre se piensa que el color solo tiene que ver con el estallido, con el exceso, con las combinaciones carnavalescas, con el hecho de que en un cuadro existan colores que parecen verse la cara por primera vez. El color en Samudio tiene sordina, como en los músicos que hablan al oído con secretos o en los mismos que hablan sin palabras. Es el color de quien moja su pincel en la niebla, de quien sabe leer tras su grisáceo cortinaje unas formas ocultas visitadas en la penumbra.
Artista contemporáneo de la generación de los 60s. Samudio ha trabajado como uno de los mejores coloristas de la actualidad. Su obra cargada de una gran ironía, humor y sarcasmo, la ha utilizado siempre como una herramienta critica, mordaz y real, describiendo la clase política, el clero y nuestra sociedad. Juan Manuel Roca describe su obra con gran claridad. Existen pocos coloristas en Colombia como Samudio. Es algo que no todo el mundo sabe, por la sencilla razón de que en un país tropical y estridente casi siempre se piensa que el color solo tiene que ver con el estallido, con el exceso, con las combinaciones carnavalescas, con el hecho de que en un cuadro existan colores que parecen verse la cara por primera vez. El color en Samudio tiene sordina, como en los músicos que hablan al oído con secretos o en los mismos que hablan sin palabras. Es el color de quien moja su pincel en la niebla, de quien sabe leer tras su grisáceo cortinaje unas formas ocultas visitadas en la penumbra.