La exposición bajo la curaduría del Laboratorio de Procesos Creativos (LPC) conformada por Aleja Herrera J, Nicolás Téllez y Andrés Felipe Pardo, presenta una instalación que juega, además de las formas, con potencias de las especies humanas y felinas. De esta manera, busca explorar la coexistencia entre las especies y la necesidad de entender que habitamos junto con otras que no deben ser tratadas como accesorias o dispensables.
Esta nueva propuesta curatorial del LPC explora nociones como el habitar, el dejar fluir, la comunicación, el cuidado y las dimensiones en términos sensibles. De tal forma que, la pieza materializa algunas respuestas en un espacio de relaciones que emerge entre los seres humanos y los gatos. Así, se interesan por la obra de Yemail porque «juega muy bien con las condiciones espaciales del sitio diseñado y construído por el mismo artista». Allí, en lugar de solo mirar la obra de arte, se trata de ir más allá y experimentar con los materiales o darles un uso inter especie que es lo que hace que esta instalación sea realmente potente.
Para Antonio Yemail, la Fábrica de afectos «produce ciertas sorpresas, que es justamente lo bello de descubrir, casi de manera accidental». El proyecto tiene diferentes etapas de maduración, empieza en una investigación sobre hábitos, comportamientos, movimientos e interacciones de especies. Luego, tiene un auge la temática para continuar el proceso en distintos periodos desde el 2015 y poder generar una instalación que permita concluir estar en una galería, el uso de materiales y escalas arquitectónicas que respondan a la vida actual, además construir pequeños rituales con espacios pensados para el cuerpo y las habilidades felinas.
Alrededor de la instalación del reconocido artista y profesor Antonio Yemail, Fábrica de afectos: cuerpos en caída libre, se realizan actividades con el objetivo de explorar el espacio y cuestionar la arquitectura o la relación entre especies (humana y gatuna). Esta iniciativa está compuesta de varios momentos y artistas, y nace de la pregunta muy inocente de ¿cómo hay dispositivos que pueden mediar la relación entre especies? Por lo que, pretende abordar más reflexiones que surjan a lo largo del recorrido de este espacio junto con estas actividades.
Además de estos momentos, la Fábrica de afectos cuenta con talleres de creación de fanzine de Musa Paradisiaca, y sesiones de dibujo con modelos a cargo de Chuquy Club en la siguiente programación:
Jueves 23 de marzo
4:30 a 7:30 p. m. - Pintura .
Martes 28 de marzo
6:30 a 8:30 p. m. - Dibujo.
Martes 4 de abril
6:30 a 8:30 p. m. - Dibujo.
Martes 11 de abril
6:30 a 8:30 p. m. - Dibujo.
Miércoles 15 de abril
10:30 a 12:30 m. - Dibujo.
El escenario de Proyecto Binario, donde se realiza el ciclo de acciones junto con la instalación Fábrica de afectos, acogió a Malabar, un dúo formado por Juan Mejía y Santiago Mejía, que abrió el ciclo de acciones los días jueves 16 y viernes 17 de marzo con intervenciones de 40 minutos, jugando con el sonido y las características propias de la escucha de los gatos. A través de improvisaciones, experimenta con las texturas, la instrumentación o el uso de máquinas para manipular el sonido, es una experiencia para hacer entender a cualquiera las posibilidades y amenazas del entorno.
La poesía, sesiones de escucha y micrófono abierto se presentaron en el segundo momento de este ciclo de acciones alrededor de la Fábrica de afectos en Proyecto Binario, donde la Editorial Zaíno nos insertó, desde el lenguaje, en la perplejidad y la intimidad compartida. De esta manera, el sábado 18 de marzo fueron sesiones de escucha, taller de poesía y se terminó en jornada de micrófono abierto. Además, cada sesión contó con un momento destinado a la escucha de un audio compuesto por fragmentos de literatura felina universal.
El edificio compuesto de tres plantas y una azotea, hace parte de un interés arquitectónico de Antonio Yemail, preguntándose acerca de la transición entre las capas de la calle y el interior. Además, esta pieza de arquitectura, que se expuso en una galería de Medellín, se trasladó a la capital del país para resaltar entre una zona que se caracteriza por su alto contenido cultural entre sus galerías, exposiciones y actividades artísticas. De esta manera, en el barrio San Felipe se alza un edificio que acoge a lo largo del año un calendario lleno de arte para experimentar en sus programas y espacios.
El compromiso de Antonio Yemail para construir Proyecto Binario se basa en la honestidad de sus materiales, en la cerámica y distintos tipos de acabados que permiten construir velos entre su recorrido. Aquí, impera la doble altura del salón con el fondo del jardín, su entrada de luz natural permite que la instalación Fábrica de afectos: cuerpos en caída libre, interactúe con la naturaleza y genere una sensación de confort al visitar la exposición.
Dentro de Proyecto Binario, donde se expresa una forma escultórica, es posible rodear la obra Fábrica de afectos, es posible ocupar, existen unos muebles y lámparas que acompañan el proceso o el discurso de la instalación. También, permite verse desde arriba porque el espacio brinda una experiencia más cercana. Entonces, para el artista Antonio Yemail es «una forma de cerrar un ciclo entre un sitio y la instalación», junto con las acciones que se presentan a lo largo del mes y expandir la pieza a otro nivel.