La propuesta desarrollada por la artista Tania Candiani y curada por Gabriela Rangel para Fragmentos, Espacio de Arte y Memoria tiene por título Desminar y consiste en la creación de un dispositivo de traducción de información que propone presentar una geografía interior de la violencia en su manifestación de mayor potencia simbólica: el contra monumento. Si bien el programa de exhibiciones de Fragmentos ha definido claramente un rumbo institucional desde un lugar situado en las antípodas del cubo blanco, la instalación concebida por Candiani pone de manifiesto este esfuerzo al plantear una instalación para un espacio contingente, en formación y auto referencial.
Concebido por la artista Doris Salcedo en la ciudad de Bogotá como un contramonumento; Fragmentos, Espacio de Arte y Memoria se presenta simultáneamente como una obra de arte viva, un espacio de exposición artística y un lugar de reflexión sobre las múltiples memorias del conflicto. Al haber invertido el significado habitual del monumento, la artista concibió un espacio que, en vez de exponer una versión épica de la historia de una manera tradicional, propone crear diálogos a partir de las rupturas que el conflicto ha generado, reconociendo las experiencias extremas sufridas por millones de colombianos.
La obra consiste en una construcción cuyo piso se elaboró con 37 toneladas de armas fundidas de las FARC-EP y contó en su creación con la participación de mujeres víctimas de la violencia sexual durante el conflicto armado en Colombia. Este espacio de conmemoración, gratuito y abierto al público, busca dar cabida a diversas lecturas que desde el arte, promuevan diálogos difíciles, provocadores y, por ende, reflexivos. En Fragmentos se busca que generaciones presentes y futuras de artistas exhiban obras de arte que reelaboren las memorias del conflicto y que, a través de ellas, permitan construir una visión colectiva del futuro.
Tania Candiani vive y trabaja en la Ciudad de México. Uno de los intereses centrales de su trabajo es la idea ampliada de traducción, extendida al campo experimental mediante el uso de lenguajes visuales, sonoros, textuales y simbólicos. Muchos de sus proyectos consideran el universo del sonido y la política de la escucha como una herramienta capaz de ampliar y transformar las percepciones, tanto humanas como no humanas. Una parte fundamental de su trabajo está relacionada con las políticas y prácticas feministas, entendiéndolas como una experiencia comunitaria, afectiva y ritual. Su producción suele involucrar grupos de trabajo interdisciplinarios en diversos campos, consolidando intersecciones entre arte, literatura, música, arquitectura, ciencia y trabajo, con énfasis en conocimientos y técnicas ancestrales, tecnologías y su historia en la producción de conocimiento. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de México; ex beneficiario de la Beca Guggenheim en las Artes, la Beca de Investigación para Artistas del Instituto Smithsonian; Artista residente en el programa Arts at CERN, en Ginebra, Suiza. En 2015 representó a México en la 56 Bienal de Venecia. Su obra ha sido expuesta internacionalmente en museos, instituciones y espacios independientes, y forma parte de importantes colecciones públicas y privadas.